A la corta edad de dos años, Carla Armijo ya mostraba el potencial para ser una karateca, algo que no es de extrañar, ya que proviene de una familia que practica este deporte. Su padre Carlos Armijo es un reconocido maestro de karate y sus hermanos Alberto, Carlos y Kevin también se dedican a este arte marcial.
Ha participado en eventos como los Juegos Deportivos Universitarios Centroamericanos (Juduca), Juegos Deportivos Universitarios Centroamericanos y del Caribe (Oducc), Condeka, torneos nacionales en San Pedro Sula y Torneos Open Centroamericanos.
Es pentacampeona centroamericana y del Caribe universitaria, 12 veces campeona nacional, subcampeona centroamericana olímpica y también fue nombrada atleta cinco estrellas del país, durante el gobierno de Juan Orlando Hernández.
“Mi padre inició desde los 10 años, mi abuelo fue quien lo apoyó. Mi tío, que en paz descanse, también entrenaba mucho con mi papá, ellos iniciaron en esta rama que es karate-do. Hoy son cuatro generaciones practicando karate en la familia Armijo, soy la única mujer que lo practica”, cuenta.
Empezó a dar clases de karate a los 17 años en su casa, en la colonia Las Brisas. Actualmente estudia la licenciatura en Educación Física en la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán.
Para esta joven de 27 años, el karate se ha convertido en un estilo de vida.
“Me gusta, como bien lo dice nuestro padre, que más que un deporte es un estilo de vida. También nos permite hacer amigos, y esos amigos luego se convierten en familia”.
Actualmente tiene 39 alumnos de karate en la escuela Extracurriculares Cuyuch, en donde enseña esta disciplina a niños, jóvenes y adultos.
En febrero, ella y sus alumnos viajaron a San Salvador para participar en el evento Open El Salvador, donde obtuvieron el segundo lugar en karate.
“Llevé a 8 atletas, de ellos solo tres no me trajeron medalla, pero fue una ganancia enorme. Y estamos muy satisfechos con todos nuestros alumnos”.
Se siente orgullosa de que la mayoría de sus alumnos son del género femenino.
“Las chicas tienen que aprender a defenderse. Las invito a que practiquen este deporte. También hay lucha, boxeo, pero independientemente de lo que elijan, que sea porque lo desean. Somos minoría, las mujeres estamos abajo en actividad física y no porque no podamos, sino porque nos pesa lo que la sociedad nos hace creer. Hay muchas etiquetas que han impuesto a las mujeres”.
