Tan joven y tan hábil. Victoria Yibrín Leiva ha hecho que la pastelería sea su mejor aliada y por eso ha creado Caramella, su propia firma de dulces tentaciones para fiestas y reuniones.
Ya tiene sitio web, sus pedidos estan creciendo cada semana y el próximo paso que dará es buscar la profesionalización para perfeccionar su talento en Estados Unidos.
Esta futura graduada de la Escuela Internacional Sampedrana no se ha dejado apantallar por las clásicas carreras que suelen encasillar las desiciones de los postulantes universitarios cada año.
Ella va en busca de su propio sueño y tiene el aval de sus padres Mónica y Mateo Yibrín, quienes han apoyado totalmente a Victoria desde el principio porque han descubierto en su hija la clave de la felicidad: hacer las cosas con pasión y amor.
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Emocionada. “La pastelería siempre me ha gustado. Desde chiquita me ponía a hacer recetas y despues lo adopté como pasatiempo. Luego una tía producía chilenas a Mango Tango y me comentó que le pidieron “cakepops” pero a ella no le gustaba hacerlos y decidí hacerlos. La primera vez llevé 12 y al día siguiente me llamaron que querían más”, explica.
Desde ese momento y siendo tan solo una adolescente en 2012 comenzó su carrera y creó Caramella, su marca.
“Hice mi página en Facebook, mis tías me pedían encargos y fuí creciendo y hasta gente desconocida me llama ahora para encargarme pasteles, brownies, cupcakes y otras delicias para eventos sociales”, detalla.
Victoria revela que la pastelería le gusta tanto que ha experimentado nuevas recetas con ingredientes exóticos y le gusta que la gente pruebe sus creaciones y al final, “conocer la satisfacción cuando me dicen que les encantó y me vuelven a encargar otras especialidades”.
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Sus planes. La joven que también es una líder en su generación de graduados y es la presidenta de la promoción 2016 de la EIS ya tiene un objetivo tras graduarse a finales de mayo.
“Mi sueño es tener mi propia pastelería y me encantaría que sea en Nueva York o en San Pedro Sula, pero principalmente donde Dios me lo permita y por eso me voy a estudiar al Culinary Institute of America en la Gran Manzana”, confiesa.
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Interesante. Esta es una carrera que regularmente no suelen estudiar los jóvenes hondureños que tienen las posibilidades de irse al exterior y por eso Victoria esta dispuesta a aprovecharla al máximo y reforzarce en estudios de administración a petición de su padre.
“Quiero especializarme en pasteles y postres y en lo que mas disfruto que es la decoracion y creatividad. Una vez me encargaron como 200 “cakepops” para una boda en Tegucigalpa y los tuve que hacer en el hotel. Fue muy dificil y complicado porque nunca habia cocinado en otro lugar que no fuera mi casa pero al final quedaron deliciosos y le encantaron a los invitados”.