El tiempo y los recursos para
mantener con vida a Jeremy Pineda se agotan y las donaciones aún no se hacen presentes.
Jeremy Pineda -de un año de vida- tiene más de tres semanas de estar interno en la Fundación Hondureña para el Niño con Cáncer que funciona en el hospital Mario Rivas. Desde los tres meses, el pequeño fue diagnosticado con el síndrome Chediak Higashi, una extraña enfermedad genética que afecta múltiples sistemas del cuerpo y se origina por la mutación en un gen regulador del tráfico lisosomal.
Luego de someterse a varios exhaustivos tratamientos a Jeremy solo le queda una esperanza de vida: someterse al trasplante de medula ósea; sin embargo, los pocos recursos económicos de la familia los obligan a pedir ayuda a los sampedranos de buen corazón. Pese a los llamados de desesperación que ha hecho Mariela Ford, madre del menor, aún no ha recibido ayuda económica.
“He recibido varias llamadas, pero no nos han dado nada todavía, los doctores están tratando de mantenerlo estable con otros medicamentos que no sea quimioterapia, para que soporte un poco más mientras recaudamos los fondos”, dijo Ford.
Karla Altamirano, oncóloga pediátrica del Rivas, manifestó que el último ciclo de las quimioterapias que recibió el bebé fue tóxico para el hígado, por lo que se agudizó su salud.
La doctora indicó que cada día que pasa disminuye las posibilidades de Jeremy por salvarse, ya que el trasplante debió aplicarse cuando fue diagnosticado.
Este próximo 16 y 17 de marzo habrá una venta de postres en la plaza Pedregal para recaudar fondos.
