Los racionamientos de energía que comenzarían en abril y durarían hasta agosto preocupan al sector empresarial de la zona norte.
Las interrupciones de energía programadas y no programadas que duran más de ocho horas causan grandes pérdidas a la economía; además, a los empresarios les preocupa el subsidio a los abonados que consumen menos de 150 kwh que recae sobre el sector comercial e industrial.
De acuerdo con datos de la Empresa Energía Honduras (EEH), el consumo promedio anual en gigavatios/hora en la zona norte en el sector residencial es de 91.88 GWh, en el comercial de 60.28 GWh y de 88.63 GWh en el industrial.
Desde marzo hasta septiembre aumenta el consumo de energía por las altas temperaturas. El incremento del período más frío (febrero) al más caliente (septiembre) es del 19.8%. De febrero a marzo del 7.8%.
Representantes del sector eléctrico advirtieron que los racionamientos de energía serían de abril a agosto (cinco meses), por la falta de potencia, es decir, que aunque se produzca la suficiente cantidad de energía para cubrir la demanda no existe una red capaz de transportar y distribuir al consumidor final.
“Estamos a puertas de una de las mayores sequías que hemos visto, es realmente preocupante”, expresó Menotti Maradiaga, empresario y expresidente de la Federación de Cámaras de Comercio (Fedecámaras).
Maradiaga indicó que las interrupciones de energía afectan a todos los sectores, pero los más golpeados son la micro y pequeña empresa que no cuentan con la capacidad para comprar una planta eléctrica. Deja de producir esas ocho horas sin energía, se atrasa en sus entregas y hasta pierden clientes.
En un momento tan importante como este que buscan salir del estancamiento que provocó la pandemia y que se han perdido tantos empleos.
Maradiaga también refirió que el Gobierno debe reunirse con los sectores productivos para buscar soluciones.
Esperanza Escobar, líder de mipymes, declaró que las interrupciones programadas por lo menos les dan tiempo de organizarse; pero los cortes no programados son los que más afectan al pequeño empresario que no tiene capacidad para pagar una planta eléctrica.
Escobar hizo un llamado al Gobierno a revisar las condiciones del subsidio debido a que esto está afectando la economía de los pequeños empresarios a quienes también les incrementó la factura por la medida.
1. El Poder Ejecutivo reformó el artículo 18 de la Ley General de la Industria Eléctrica para que el cobro de los abonados que consumen menos de 150 kwh sea cargado a los abonados que consumen arriba de 500 Kwh al mes del sector comercial e industrial.
2. El consumo y facturación que generan los más de 1.3 millones de abonados residenciales que consumen menos de 150 kwh al mes asciende a los 70 millones de kwh mensuales por un monto de L346.33 millones, equivalentes al 32.6% de la facturación mensual.
3. Un 43% de los subsidios energéticos benefician al 20% más rico de la población, además, al ser subsidios altamente costosos impide que el Gobierno pueda destinar estos fondos a otras partidas presupuestarias como la salud, educación o infraestructura.
Eduardo Facussé, presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés (CCIC), dijo que el subsidio afecta al sector comercial pequeño y grande.
Agregó que la energía más cara es la que no se tiene, al referirse a los racionamientos, que representa un reto enorme para el país, debido a que frena las inversiones.
Un análisis del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) explica que un modelo de subsidio cruzado viola los principios regulatorios de transparencia y equidad, ya que perjudican la competitividad del país al imponer altos costos a la industria y el comercio que los deja en desventaja con el resto de los países.
Además, suscita mayores costos porque las empresas podrían verse en la obligación de trasladar estos incrementos a los consumidores. Recomiendan identificar los fondos necesarios dentro del Presupuesto de la República para reorientar el gasto y poder financiar este alivio a la energía sin afectar el comercio y a la industria.
Fuad Handal Katimi, presidente regional de la Asociación Nacional de Industriales (Andi) en San Pedro Sula, ha sido enfático al decir que apoya el subsidio, pero que se deben pensar opciones para no afectar a otros sectores de la economía y seguir trabajando en ser competitivos.