Para el doctor José Salgado, un hondureño graduado en la Universidad de Harvard en Estados Unidos y que fue declarado hombre del año en Boston en 2007 por su labor en las escuelas públicas con niños de bajo rendimiento escolar, la clave del éxito es estudiar y analizar.
Salgado regresó a Honduras hace tres años luego de dejar un legado en educación en Estados Unidos. El excatedrático de Harvard es la máxima autoridad académica de la Universidad Tecnológica de Honduras (UTH) y habló con Diario LA PRENSA sobre su vida y sus logros.
-¿Cómo logró estudiar en una universidad tan prestigiosa como Harvard?
Primero fui un becado fulbrigth en la Universidad de Boston de donde tengo dos maestrías, una en lingüística y otra en antropología cultural. En 1991 en Estados Unidos comienzo a trabajar con minorías y con inmigrantes, Harvard me busca y se ve interesado en esto, escribo una aplicación de cómo mejorar la calidad educativa de países tan pobres como Honduras y de Centroamérica, ellos me aceptan y también pagaron mi educación. Me gradúo y me dejan como maestro, pero en 2004 ellos me dicen que trabaje en proyectos en una comunidad donde no habían muchas esperanzas. Me convertí en el director del proyecto Nacional de Mejoramiento de Escuelas.
-¿Porqué decide regresarse a Honduras?
Estaba en un hotel en California, vi unas palmeras y pensé en Honduras, eso fue en 2010 y me dije: “Es hora. Después de esto voy a prepararme para regresar a mi país, que se encuentra en una situación tan precaria, tan dura”. Yo no puedo cambiar el mundo, pero puedo hacer el pedacito que yo quiero, yo amo a mi país sobre todas las cosas y con esa intención he regresado.
-Mucha gente joven considera imposible estudiar en Harvard y graduarse. ¿Qué mensaje les da a ellos?
Nuestra educación nos hace creer que no somos buenos. Considero que los hondureños no somos inteligentes sino que brillantes, somos gente creativa, entusiasta, pero el sistema educativo que tenemos nos coarta eso. Un ejemplo es que los niños dicen “mamá, papá”, y los padres estamos felices y contentos de que hablan, pero cuando tienen seis años los mandamos a la escuela a que se sienten en una silla y estén calladitos escuchando a un adulto repitiendo, eso se dejó de usar hace 40 o 50 años en el mundo y nosotros lo seguimos usando, entonces los chicos no aprenden a desarrollar sus habilidades.
-¿Cómo califica la situación de la educación del país en todas sus etapas?
En el último examen internacional Teen and Pearl, el 26% de nuestros chicos de sexto grado no llegan al más mínimo en la competencia de lectura y escritura, tenemos 800 mil jóvenes que no tienen ni educación ni trabajo, no están pasando el examen para entrar a la universidad nacional. Luego, de los chicos que logran entrar hay una deserción exagerada y esa es una generación perdida y tenemos que hacer un rescate y darles otros métodos educativos para que puedan participar en el campo económico.
-¿Se debe continuar entregando a los estudiantes los bonos?
No se puede seguir dando dádivas, bono 10 mil, de transporte, de energía, de estudiante, de la tercera edad, bolsa solidaria y puedo continuar. Lo que hay que hacer es educar a nuestra gente para que ponga su propio negocio y que desarrolle las habilidades para ser autosuficiente. La educación no ha permitido que los hondureños se conviertan en lo que deben ser y desarrollar los potenciales que Dios le dio.
-¿Los métodos de enseñanza del país se han quedado arcaicos?
Los métodos son de 40 o 50 años, atrasados. En Honduras los inteligentes son los que saben de matemáticas y de cálculo. ¿Y los artistas, los pintores, escritores, escultores, los músicos, los fotógrafos, los periodistas eso no es inteligencia? El consejo no es para los jóvenes sino para los profesores que dejen que los niños y los jóvenes se desarrollen en creatividad.
-¿Cómo es un sistema educativo moderno en el que se prepare al niño y al joven para la vida y no solo para sacar buenas notas?
En Honduras se ha definido que quien saca notas de 90 para arriba es inteligente, pero si entiende o interpreta algo no lo sabemos porque los exámenes son de verdadero y falso, selección múltiple y respuesta breve. En la vida real eso no existe, en la vida real llegan a la universidad y es el primer golpe y luego llegan al trabajo y no hay que memorizar sino que resolver los problemas. La idea es quitar los exámenes y que las demostraciones de entendimiento sean resolver casos y problemas reales y enseñarles que tienen que analizar.
-¿A través de la educación en cuántos años cree que se puede frenar la ola de violencia en el país?
El hoyo ahora es muy grande, hace 30 años era una cosa hoy en día es otra, será con la reeducación no solo de los alumnos sino también de los docentes porque ellos son el resultado del sistema educativo. Esto se va a tratar de 20 a 30 años si empezamos a educar desde ahora a nuestra gente.
-¿Qué opinan en el extranjero de un país donde a diario hay 20 personas que mueren violentamente?
Solo se tiene que ver cómo se ha reducido la inversión extranjera, en más de 500 millones en los últimos cinco años. El número de turistas que ya no vienen a Honduras por el temor, todo eso nos indica que estamos caminando de una manera que no está bien. Entonces si miramos que están matando 20 hermanos hondureños todos los días debemos ponernos una mano en la conciencia y ver cómo la salud y la educación están atadas a la felicidad de la gente.
-¿Cómo ve la situación política del país, cuando la gente ha perdido credibilidad y confianza en los políticos?
El 75% de la gente no cree en el Tribunal Supremo Electoral, ni en los Derechos Humanos, ni en el Gobierno, ni en el Congreso Nacional, ni en la Policía. El 63% quiere una dictadura, no militar, pero sí un gobierno fuerte, solo 48% de los que pueden votar lo hacen y eso es porque no les importa, según Latinobarómetro.
-¿De cuánto cree que es el retraso que tiene el país en todos los ámbitos?
Hay muchos países de África que ya superaron a Honduras en salud y educación. Hace 30 años mirábamos a África como aquello salvaje y de jungla, ahora Honduras solo le pasa a Ghana y Nigeria, es ahí donde estamos, seamos honestos es ahí en donde hemos caído bien bajo y que somos el penúltimo país en educación en América Latina, y somos el país más pobre y estamos dentro de los 10 países más corruptos.
-Aparte de la dedicación ¿cuál es la clave del éxito?
Estudiar, estudiar, estudiar y analizar, analizar analizar. N unca perder la esperanza de que podemos salir adelante, la verdadera esperanza solo puede salir de la verdadera desesperanza, yo no pierdo el ánimo ni la esperanza.