La creación de una Ley de Salud Mental es una urgencia en el país. El hecho ocurrido el fin de semana, en el que una odontóloga le quitó la vida a su hija de apenas tres años y luego intentó acabar con la suya, pone de nuevo en la palestra los efectos de la depresión, la ansiedad y otros padecimientos.
El aumento de casos de la llamada depresión estacional, que comienza en noviembre y finaliza en marzo, mantiene en alerta a los psicólogos y especialistas en salud mental.
Les preocupa, además, que los casos se disparen con las deportaciones, cuando los hondureños y sus familias se enfrenten cara a cara con la realidad del país, sin las remesas y sin un futuro alentador.
Claudia Avilés, directiva del Colegio de Psicólogos de Honduras, explica que en noviembre inicia la depresión estacional porque es el cierre del ciclo anual, en el que las personas se cuestionan si lograron sus metas. También influyen factores como el impacto de las redes sociales, la pérdida de empleo y otras situaciones que pueden desencadenar estrés, depresión e incluso conductas suicidas.
“Atravesamos una pandemia y sufrimos cambios en nuestros estilos de vida. La sociedad enfrenta desempleo, inseguridad y, ahora, los efectos de las deportaciones. Debemos prepararnos para lo que viene”, enfatizó.
Coincide en la necesidad de una Ley de Salud Mental y en la urgencia de que las autoridades tomen medidas al respecto.
Alerta
Por su parte, el psicólogo Josías Guzmán considera que la sociedad está convulsionando debido a distintos factores, y la crisis de salud mental es uno de los síntomas.
“Hablar de salud también es hablar del bienestar psicológico. Los hondureños estamos expuestos a altos índices de criminalidad, a trabajos que no cumplen con la normativa del Código del Trabajo y a salarios extremadamente bajos para vivir dignamente”, afirmó.
Aumento de suicidios
El profesional señala que es necesario revisar la cantidad de psicólogos disponibles en los centros de atención del país, ya que son mínimos o inexistentes, lo que impide que los pacientes puedan ser remitidos a procesos de atención mental.
“El gobierno no tiene contratados psicólogos y, si los buscamos en los centros educativos, ni siquiera están dentro de la estructura”, señaló.
A juicio de Guzmán, en Honduras se debería tener acceso a un psicólogo de manera gratuita para evitar casos que deriven en situaciones trágicas, como la ocurrida en la capital industrial el fin de semana.
Recordó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que cada 11 minutos se suicida una persona en el mundo, un dato alarmante, ya que la depresión afecta más a las mujeres que a los hombres. “Se estima que, a nivel global, un 5 % de los adultos padece depresión”, agregó.
Recomendó la importancia de acompañar, escuchar y respetar la dignidad de las personas con problemas emocionales. También subrayó la necesidad de intervenir ante cambios bruscos de comportamiento para prevenir desenlaces fatales.
Para el criminólogo Cristian Calderón, la crisis de ansiedad suele ir acompañada de depresión. “Existe una gran carencia de atención en salud mental, y se debe dar prioridad a los primeros síntomas, como la ansiedad y la tristeza”, advirtió.
El especialista explica que estas situaciones no son normales y que se deben a la precaria salud mental en el país.
“Hay problemas que surgen por factores externos como el desempleo, la dependencia emocional —que se está dando cada vez más en el país debido a relaciones frustradas—, la situación económica, la inseguridad, el clima familiar y, ahora, las deportaciones. Todo esto influye en la sociedad”, señaló.
Finalmente, consideró que las consultas con psicólogos o psiquiatras deben ser vistas como un servicio esencial y normalizado dentro del sistema de salud.