Muchos son los estigmas que aún en la actualidad persiguen a las personas portadoras del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), sin embargo, la fundación Amor y Vida lucha todos los días contra la barrera de la discriminación, en busca de un mundo mejor para quienes viven con esta condición sin tan siquiera haber hecho algo para tenerla.
Hablamos de ángeles inocentes que fueron contagiados durante su nacimiento o que en algunos casos fueron abusados, justo pensando en ellos nació hace casi 30 años Amor y Vida.
L a organización cumplirá el próximo mes de septiembre tres décadas de estar contribuyendo con la transformación para un futuro mejor de los menores con VIH, llegando a apoyar durante este largo tiempo a decenas de pequeños que ahora son adultos profesionales y preparados.
Ingenieros, músicos, chefs y artistas natos, han pasado por rincones de la casa hogar, lo cual enorgullece a quienes dirigen el proyecto, mismos que en toda esta trayectoria han tenido que enfrentarse a muchos retos para llegar hasta donde están ahora.
“Después de la pandemia por ejemplo, nos vimos en muchos problema, no había dinero para nada e incluso pensamos en cerrar la fundación”, comentó María Iris Ríos, directora de Amor y Vida.
En este mismo periodo la junta directiva que manejaba la fundación renunció, dejando el refugio a los empleados, los cuales en los últimos cuatro años han sabido sacar adelante la obra de amor gracias a al taller de fabricación de muebles que abrieron en 2018.
La fundación tiene a su cargo unos 40 niños a la fecha. Costear los gastos de la casa hogar no es tarea fácil, por lo que si usted desea brindar ayuda, puede comunicarse al número 2559-3776.
Ríos dijo que todavía sufren muchas carencia, como la falta de atención médica fija dentro del hogar, pero destacó que cuentan con ayuda de una clínica para solventar esta situación además de contar con voluntariado para tratar la parte emocional de los menores.
“El proyecto es salud, educación y formación espiritual. Es también prepararlos para cuando salgan de aquí. Nuestra misión es educarlos porque la educación les dará armas para que pueden defenderse de la discriminación social. Ellos pueden cambiar el mundo”, agregó Ríos.
