05/12/2025
04:35 PM

El Merendón requiere de centros de educación media

Más del 70% de los estudiantes no culmina su secundaria, ya que en la montaña no hay grados de séptimo a undécimo. Son pocos los que pueden viajar a SPS.

San Pedro Sula, Honduras.

Por falta de centros educativos del nivel medio en las aldeas de El Merendón, más del 70% de los estudiantes solo llega hasta el noveno grado y los que tienen posibilidades económicas, que son la minoría, deben viajar o trasladarse a residir en San Pedro Sula.

En esta zona, a pesar de la pandemia, las clases son semipresenciales, pues por la falta de conectividad era imposible impartir clases virtuales.

El año pasado la matrícula era de 1,600 estudiantes de prebásica a noveno grado.

El Merendón es una zona de contrastes: a pesar de su profusa actividad agrícola, no existen suficientes proyectos de índole social.

Según las autoridades de Educación, ha sido una lucha por décadas tener completo el nivel medio porque muchos jóvenes desean continuar sus estudios.

Ante la falta de colegios no les queda otra opción que truncar sus sueños y dedicarse a la agricultura u otros oficios como lo han hecho sus padres.

En la cordillera de El Merendón, que incluye San Pedro Sula, Cofradía y parte de Omoa, hay más de 60 aldeas, de estas, 26 son montaña adentro y cada una tiene un centro educativo. 19 son de primaria, es decir de primero a sexto grado, y el resto son centros básicos que llegan hasta noveno grado.

“En el Distrito de Educación número 20 no tenemos centros de educación media, se ha luchado por tener esos centros en la zona, pero no se ha podido. La mayoría de jóvenes solo llegan a noveno grado, los que tienen mejores condiciones son pocos y para terminar la secundaria se trasladan a Cofradía o San Pedro Sula”, dijo María Elena Díaz, directora distrital de Educación de la zona montañosa.

Aquí son más de 30 maestros interinos que tienen varios años asignados en escuelas de El Merendón que esperan que las nuevas autoridades les den un nombramiento oficial.

Las falencias en los centros educativos son notorios. Pobladores exigen subrayar la problemática existente.

Van a clases. Desde que comenzó la pandemia los docentes de las escuelas de El Merendón dieron clases de manera semipresencial porque son pocos los padres de familia que tienen celulares con acceso a internet.

“Dos o tres veces a la semana los maestros llegan a la escuela y asignan trabajos para que los niños hagan tareas en casa y es por eso que los centros educativos en estas comunidades no se deterioraron tanto, ya que permanecían abiertos”, explicó.

Debido a que algunos centros educativos son unidocentes, es necesario el equipo de bioseguridad para la protección de los alumnos que tienen que compartir la misma aula. Pero muchas escuelas carecen de servicios básicos como agua potable, sanitarios y energía eléctrica.

Reparaciones

Son seis escuelas que urgen de reparaciones como la Salomón Paredes de la aldea Santa Marta, Dionisio de Herrera de la aldea Río Frío, 12 de Octubre de la aldea La Virtud, Lempira de la aldea El Gallito y la Presentación Centeno en la aldea Nuevo Edén, esta última solo tiene dos aulas en las cuales el techo y ventanas están a punto de colapsar.

José Díaz, vocero de la confederación de patronatos de El Merendón, dijo que tenemos muchas necesidades porque faltan algunas por reparar.

Muchas no tienen agua y en la zona hay al menos nueve aldeas que no cuentan con energía eléctrica”.

En la escuela Félix Guillermo Gutiérrez de la aldea El Remolino, una fundación construyó dos salones para computación y biblioteca, pero no tienen computadoras, ni libros y es que según los pobladores todo fue un sueño para los niños porque en la aldea donde habitan al menos 60 familias no hay energía eléctrica y a pesar de que ya tienen todo el equipo y materiales para la instalación del servicio, les hacen falta los postes y nadie les ha dado respuesta.

Will Bonilla, miembro de la directiva de la escuela Félix Gutiérrez, dijo que “nos urge un proyecto de agua potable, construyeron baños, pero no sirven porque no hay agua, los niños tienen que ir a sus casas para hacer sus necesidades”.

Ese centro educativo como en el resto de las escuelas de El Merendón tiene múltiples necesidades puesto que en la montaña residen miles de familias de escasos recursos económicos.