El hospital Mario Rivas es un enfermo más, su nuevo padecimiento: insalubridad. Desde que se entra a las salas de emergencia de medicina interna y cirugía se observan cerros de basura por doquier, y un olor nauseabundo ha impregnado todo el centro asistencial.
Ocho días han pasado desde que el personal de limpieza dejó de lado las escobas y trapeadores, para exigir el pago de salarios atrasados; desde entonces son los familiares y las enfermeras las encargadas de asear. “Nos deben ocho meses. Hemos pasado hambre y humillaciones porque los dueños de los cuartos y de las pulperías que nos daban fiado nos insultan, pues creen que no queremos pagar; pero la verdad es que no tenemos ni un centavo”, manifestó María Morel, empleada de limpieza.
Morel contó con voz quebrantada que tuvo que sacar a su hijo de 17 años del colegio porque no tenía dinero para el transporte.
Historias similares viven los otros 130 empleados de limpieza del Rivas que no han sido remunerados. Ayer el personal médico y de enfermería canceló las atenciones, pues dicen que no pueden atender a los pacientes en medio de la basura. “Los malos olores son insoportables, no podemos estar así y mucho menos atender a los pacientes en esa cochinada, porque se van a ir más enfermos de lo que vienen”, aseveró Isabel Manzano, presidenta de la Asociación de Enfermeras y Enfermeros Auxiliares de Honduras (Aneeah).
Manzano dijo que no se ha visto una respuesta de parte del Gobierno ni de la comisión interventora sobre esta situación. “Todo se ha hecho a medias, porque a las enfermeras se les deben ocho meses de salario, solo se les ha pagado a los médicos, aquí se le debe a todo mundo, porque los guardias de seguridad llevan 15 meses sin recibir pago y ellos también están apoyando la huelga”.
Gladys Argueta, madre de una niía de ocho años, contó que llevó a su hija por un golpe en la cabeza hace dos semanas, y pese a que ya está bien de la contusión no le han dado de alta debido a que adquirió una bacteria mientras estaba hospitalizada. “Mejor no la hubiera traído porque ahora ella está peor de lo que venía, no es posible que el Gobierno no haga nada. Si no vamos a una clínica privada es porque no tenemos dinero, somos gente pobre”, dijo la indignada madre.
Cerca de ocho millones de lempiras es la deuda que el Gobierno tiene con la compañía contratada para dar el servicio de limpieza, informó Javier Pastor, miembro de la Comisión Interventora de Salud. “Estamos haciendo la gestión para que Finanzas le pague a la empresa y que el personal de aseo pueda volver a sus labores, la propuesta es hacer el pago de un millón de lempiras y el resto a finales de julio, además de un abono a la compañía de seguridad”. Pastor sentenció: “El problema de la basura se tiene que solucionar hoy -ayer- si no veremos qué otras medidas tomar, aunque se tenga que cambiar de compañía”. Juan Carlos Argueta, director del centro asistencial, lamentó la crisis que vive el hospital, y pidió a la población tener paciencia, ya que solo se estarán atendiendo emergencias.
“Les pedimos comprensión, una vez que se soluciones todo y el personal vuelva a sus funciones se atenderán normalmente”. Agregó que se le debe a Diálisis de Honduras, a la empresa de seguridad,
Aseo y la compañía de la comida, la deuda total es de 36 millones de lempiras.
Un grupo de 25 bomberos llegaron al Rivas para ayudar con la limpieza y el personal de la Municipalidad se sumó a la actividad.