San Pedro Sula, Honduras.
Con tan solo nueve años, Anna Cecilia Motiño ha escrito varios cuentos, entre ellos La honradez, Sara y Lucía, Di no al bullying y El reflejo en el agua, con este último ganó el concurso de ‘Aventuras en Honduras’ que realizó Diario LA PRENSA el año pasado.
La alumna de quinto grado del Centro de Educación Básica Leopoldo Barrientos es una apasionada de la lectura y cuando sea adulta quiere ser una escritora profesional. ‘‘Desde que estaba pequeñita, mis papás me leían varios cuentos. Un día decidí escribir mis propias historias y contárselas a mis hermanitas”, confiesa Anna.
Un aspecto que sobresale en sus relatos es que están enfocados en los valores y en la familia.
Multifacética
Además de la lectura, Anna se siente atraída por la música y la actuación. A la pequeña le encanta desenvolverse sobre el escenario y ha participado en varias obras de la escuela.
En la escuela la admiran por ser una excelente alumna. El año pasado se graduó con honores y recibió el primer lugar de excelencia académica de su grado con un índice de 100%.
Su madre, Gissel Cubas, no solo admira el talento de su hija, sino también su gran corazón. “Anita es muy bondadosa, el año pasado me di cuenta que compartía su merienda con una niña que no tenía nada para comer”, cuenta con emoción.
La pequeña escritora les manda un mensaje a todos los niños de Honduras para que saquen lo bueno de sí mismos: “Estudien y saquen buenas notas. Lean porque esto abre la imaginación y nos ayuda en la vida. Y siempre sean educados con sus padres”, concluye.
Con tan solo nueve años, Anna Cecilia Motiño ha escrito varios cuentos, entre ellos La honradez, Sara y Lucía, Di no al bullying y El reflejo en el agua, con este último ganó el concurso de ‘Aventuras en Honduras’ que realizó Diario LA PRENSA el año pasado.
La alumna de quinto grado del Centro de Educación Básica Leopoldo Barrientos es una apasionada de la lectura y cuando sea adulta quiere ser una escritora profesional. ‘‘Desde que estaba pequeñita, mis papás me leían varios cuentos. Un día decidí escribir mis propias historias y contárselas a mis hermanitas”, confiesa Anna.
Un aspecto que sobresale en sus relatos es que están enfocados en los valores y en la familia.
 En este escritorio, Ana se inspira en nuevas historias.
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Además de la lectura, Anna se siente atraída por la música y la actuación. A la pequeña le encanta desenvolverse sobre el escenario y ha participado en varias obras de la escuela.
En la escuela la admiran por ser una excelente alumna. El año pasado se graduó con honores y recibió el primer lugar de excelencia académica de su grado con un índice de 100%.
Su madre, Gissel Cubas, no solo admira el talento de su hija, sino también su gran corazón. “Anita es muy bondadosa, el año pasado me di cuenta que compartía su merienda con una niña que no tenía nada para comer”, cuenta con emoción.
La pequeña escritora les manda un mensaje a todos los niños de Honduras para que saquen lo bueno de sí mismos: “Estudien y saquen buenas notas. Lean porque esto abre la imaginación y nos ayuda en la vida. Y siempre sean educados con sus padres”, concluye.
