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Sánchez Cerén, exguerrillero que busca con votos el poder en El Salvador

  • 06 marzo 2014 /

Salvador Sánchez Cerén podría convertirse en el primer exguerrillero en ocupar la presidencia de su país.

San Salvador, El Salvador

Salvador Sánchez Cerén, candidato de la izquierda gobernante en El Salvador y favorito para las elecciones del domingo, podría convertirse en el primer exguerrillero en ocupar la presidencia de su país, a los 69 años y dos décadas después de dejar el fusil.

Actual vicepresidente, Sánchez Cerén, conocido por su seudónimo de guerra Leonel González, fue uno de los cinco comandantes que encabezaron al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN, izquierda) que en la década de 1980 se enfrentó al ejército gubernamental.

En la primera ronda electoral del 2 de febrero, el aspirante del FMLN obtuvo un 48,93% de los votos, contra 38,96% de su principal rival, el alcalde derechista de San Salvador, Norman Quijano, a quien enfrentará el domingo en segunda vuelta.

De ganar la silla presidencial, asumirá la comandancia general del Ejército al que combatió, acompañado en la vicepresidencia por otro excomandante rebelde, Óscar Ortiz, el popular alcalde de Santa Tecla, una ciudad vecina a San Salvador.

Locuaz y encendido en sus discursos de plaza pública pero parco ante las cámaras, Sánchez Cerén ha sido vicepresidente del primer gobierno de izquierda de El Salvador, encabezado desde 2009 por el periodista Mauricio Funes.

Desde esa posición se proyectó con programas de apoyo a la educación, especialmente el llamado 'Paquete Escolar', que distribuye útiles, uniformes y zapatos a niños pobres de escuelas públicas.

'Nos hemos ganado el derecho de gobernar cinco años más', proclama, al destacar la lucha contra la pobreza, actualmente del 40,7% de los 6,2 millones de salvadoreños, seis puntos menos que antes de 2009, según el PNUD.

De la escuela a la montaña

El aspirante del FMLN nació el 18 de junio de 1944 en el seno de una familia católica de Quezaltepeque, 25 km al norte de San Salvador, noveno de doce hijos de una pareja formada por un carpintero y una vendedora de mercado.

A los 19 años se graduó de docente. Trabajó en escuelas del departamento de La Libertad, donde constató la pobreza rural y las penurias del magisterio, y comenzó su militancia sindical.

En una escuela de su natal Quezaltepeque conoció a su esposa, Margarita Villalta, una instructora de porristas (animadoras) con quien vive hace 45 años y tuvo cuatro hijos.

A finales de la década de 1960 integró el directorio de la Asociación Nacional de Educadores Salvadoreños (ANDES), que logró importantes mejoras sociales para el gremio.

A inicios de los años 1970, se incorporó a la base social de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL), que aglutinaba al 60% de los combatientes de las cinco agrupaciones que en 1980 fundaron el FMLN para buscar el poder por la vía armada.

En 1978 pasó a la clandestinidad guerrillera. Su ascenso como máximo dirigente de las FPL, ocurrió en 1983, tras la muerte del líder fundador Salvador Cayetano Carpio.

Juan García, un miliciano que acompañó al comandante Leonel Gónzalez en el frente de guerra, lo describió a la AFP como una persona 'ordenada, seria, solidaria, cautelosa, de pocas bromas y sin líos de mujeres'.

El político moderado

Fue uno de los comandantes del FMLN que negoció la paz. El 16 de enero de 1992, en México, participó en la firma, con el entonces Gobierno de derecha, de los acuerdos que pusieron fin a una sangrienta guerra civil que dejó unos 75.000 muertos en 12 años.

Supervisó la destrucción de fusiles, un paso previo para legalizar al FMLN como partido político en diciembre de 1992 y fue también determinante para reestructurar su agrupación tras la expulsión de tres históricos excomandantes.

Durante los comicios de 2000 ganó una diputación y fue reelegido por dos períodos hasta que en 2009 asumió la vicepresidencia.

Para no echar al olvido la lucha revolucionaria, en 2008 publicó su libro autobiográfico 'Con Sueños se escribe la vida', en el cual sostiene que mantener la memoria histórica 'es una necesidad ética y social'. También escribió 'La guerra que no quisimos', 'El País que quiero' y 'El Bien Vivir en El Salvador'.