Desde que el nuevo coronavirus ( COVID-19) se comenzó a propagar de manera sorprendentemente rápida, la Organización Mundial de la Salud ha mantenido su postura que la mejor forma de prevenir la enfermedad es quedarse en casa.
Puede que para muchos ha sido fácil la medida de distanciamiento social, pero hay otras personas que desde el primer día del confinamiento han sufrido por ataques de ansiedad o pánico, producto no solo del encierro sino de la incertidumbre de cuándo acabará la cuarentena.
Pensando en esas personas que sufren ansiedades, y con la intención de poder ayudarles a superar esas sensaciones, una hondureña inició un proyecto para dar clases de yoga en línea y de forma gratuita.
Ana Giselle Kafie (de 31 años), originaria de San Pedro Sula y ceibeña de corazón, vive desde hace 8 años en Italia, país de Europa más afectado por la pandemia del coronavirus. En 2012, la joven tenía 23 años cuando se mudó a Roma para estudiar una maestría en emprendedurismo; sin embargo, también se aventuró por conocer otros estilos de vida, lo que la llevó a practicar el yoga.
Desde el año 2012 Ana Giselle Kafie vive en Italia, país que considera como un 'museo a cielo abierto'.
'Lo del yoga nace por curiosidad propia', dijo a LA PRENSA Ana Giselle, confensando que hace siete años fue su primera clase. 'Encontré que me iba dando algo más cada vez, hasta que el año pasado me certifiqué en Italia; hice un curso de 7 meses de vinyasa y después me fui a la India para certificarme en otra especialidad', contó la hondureña.
Kafie explicó que el proyecto de dar clases de yoga en línea nace por experiencia propia de haber padecido ansiedad y que el propósito es ayudar a quienes se les dificulte sobrellevar el confinamiento.
En febrero, la hondureña comenzó a rentar un salón para dar clases de yoga en Roma, pero no se imaginó que un mes (9 de marzo) tendría que dar las sesiones de forma virtual.
El confinamiento trae consigo daños colaterales: 'personas pierden su empleo, hay angustia, ansiedad, preocupación, el encierro, que uno no logra sacar ciertas emociones, entonces te bloquea de cierta manera', opina la hondureña.
Kafie ofrece sus clases de forma gratuita vía Zoom. Ha logrado tener entre 30 y 40 personas conectadas al mismo tiempo.
En ese sentido, agrega que el yoga permite 'conectar' con el cuerpo. 'Calma las ansias, que no es el propósito de la práctica, pero te permite salir del discurso monotemático (del COVID-19) y aprender a responder a las situaciones con mayor ecuanimidad en vez de responder a las situaciones siempre de una manera que te va hacer mal a vos y a otra persona', dijo.
Del salón a las pantallas
Los lunes y miércoles, a las 10:00 am hora de Honduras (6:00 pm Italia), Ana Giselle se conecta vía Zoom para enseñar cómo la respiración puede calmar a las personas. En las clases también muestra posiciones, fuerza, y finaliza con una meditación. Las sesiones duran hora y media y los lunes son en español y miércoles en inglés.'Iniciamos primero con pranayana, después las asanas y luego la meditación', explica.
El yoga virtual en tiempos de COVID-19 ha sido una sensación gratificante para Ana Giselle. 'En persona uno conecta o transmite más con los otras personas, pero en línea es una sensación preciosa porque tengo el proyecto en casa. Veo en la pantalla a todas las personas, y la última vez eran más de 30 conectadas', confiesa. Y agrega: 'ver que ciertas personas se conectan aunque sea por un segundo, te llena de amor infinito: termino cada clase explotando de amor'.
El yoga es un estilo de vida para Ana; fotografía de Ana haciendo yoga en Utila, Islas de la Bahía.
Las primeras personas que se conectaron eran de Italia y Honduras, pero luego se unieron desde Estados Unidos, Inglaterra, Colombia, Chile y España.
Ana Giselle invita a que todas las personas, con o sin problemas de ansiedad, se unan a las sesiones de yoga que está ofreciendo en línea, pues recuerda que son gratuitas y en ellas enseña ejercicios básicos para que sea abierto a cualquier persona, sin importar si nunca lo ha practicado. Además, adelantó que evalúa también ofrecer las clases los sábados o domingos a la misma hora.
La joven hondureña aseguró que mantendrá las clases en línea cuando finalice el confinamiento (horarios pueden variar), pues ya creó un grupo en Instagram para poder estar conectada con las personas que se unan; su cuenta en esta red social es @pachamanita, allí la podrá seguir y escribirle en privado para recibir el enlace de las sesiones de yoga.
Personas de varios países se han unido a las clases de yoga que ofrece Ana.
En la entrevista con Ana Giselle, nos dimos cuenta que es una persona con un inmenso lado humano con amor al prójimo. 'Nada en la vida me ha acercado tanto a ese amor que profesaba Jesús, de amar a tus hermanos, como el yoga', concluyó.
Más sobre Ana Giselle Kafie: fue voluntaria de Techo para mi país en La Ceiba, estudió Administración de Empresas en la Universidad Ave María en Nicaragua (ahora llamada Keiser University). Actualmente es consultora especialista en el ciclo de proyectos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).