Honduras ha recibido este año a más de 85,000 personas deportadas de Estados Unidos y México al intentar migrar ilegalmente, huyendo de la pobreza y la violencia en su país, informaron este viernes las autoridades.
Tres vuelos con más de 300 hondureños deportados llegaron este viernes a la ciudad norteña de San Pedro Sula.
Según el Observatorio de Migraciones de la cancillería, 85.443 hondureños fueron deportados de Estados Unidos y México hasta la semana pasada.
Al final de 2018 retornaron al país 82.847 personas. De ellas, 7.208 fueron deportadas después de marcharse en las masivas caravanas migratorias que empezaron en octubre de ese año.
Uno de los deportados, Josué David Castro, que agentes de migración lo 'agarraron en el trabajo'. 'Tengo que regresar (a Estados Unidos) porque allá dejé a mi esposa y mi hijo de seis años', dijo.
Algunos de los hondureños que llegaron a San Pedro Sula iban acompañados de sus hijos.
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Abandonó el empobrecido barrio de El Carrizal, de Tegucigalpa, por 'la crisis que vive Honduras. No hay trabajo, hay mucha violencia y la policía no hace nada'.
Otro de los que llegó fue Oscar Vásquez, de 29 años, originario de la barriada de El Pedregal de Tegucigalpa, quien se entregó a las autoridades migratorias en Piedras Negras, Texas, y pidió asilo.
Dijo que abandonó su hogar por amenazas de la pandilla Barrio 18, que controla la zona de El Pedregal, y que la única forma de salvar su vida es migrar a Estados Unidos, por lo que hará un nuevo intento.