13/05/2025
07:17 AM

¿Volviendo al pasado?

La mayoría de los hondureños no recuerda los tiempos oscuros de las dictaduras militares. No saben ellos de todos los abusos que eran cometidos con el escudo de un uniforme.

    La mayoría de los hondureños no recuerda los tiempos oscuros de las dictaduras militares.

    No saben ellos de todos los abusos que eran cometidos con el escudo de un uniforme.

    Enormes fortunas fueron acumuladas por algunos militares que olvidaron que su deber primordial y único era servir a la Patria y, justo es decirlo, mucho de esto se cometía ante la tolerancia o complicidad de civiles.

    Desde el poder les era fácil recetarse privilegios, tales como un comisariato, llamado Chafasupro por el ingenio popular, a donde traían toda clase de artículos sin pagar impuestos, tal y como estaba obligado todo el resto de los ciudadanos. El abuso llegaba al grado de que muchos de ellos compraban en ese lugar en cantidades comerciales, para luego revender, obteniendo así una utilidad basaba en los impuestos que el Estado dejaba de recibir. Competían no sólo con el comercio legalmente establecido, sino también con el propio Estado.

    También ignora la mayoría de los hondureños que altos oficiales fueron sorprendidos mientras se dedicaban al 'negocio' de las drogas, algunos de los cuales fueron los primeros capos nacionales.

    Asesinatos y violaciones quedaban impunes, nadie podía ganarle en los juzgados a ningún militar. Ni siquiera se podía ganar un 'choque en tránsito', si acaso uno tenía la mala suerte de que un uniformado conduciendo borracho le estrellara con su 'coronela', nombre con que llegaron a ser conocidos los SUV, ¿se imagina por qué?

    No sabe la mayoría de los hondureños, por cuestiones de edad, lo que es vivir en un país del todo sin leyes o, para decirlo propiamente, no saben lo que es un país en donde impera la ley del que tiene las armas.

    Es justo reconocer que algunos oficiales decentes prefirieron dejar el 'servicio a la Patria' antes que enlodarse, pero fueron los menos.

    Afortunadamente todo eso ha quedado atrás, pero es bueno recordarlo, es bueno que las nuevas generaciones sepan lo que sucedía en Honduras para que no se repeta.

    Por eso hay que ver con alguna preocupación y seguirle la pista muy de cerca a lo que está sucediendo en la actualidad. La 'militarización' parcial de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica, Enee, por 'orden superior' no es nada buena porque reconoce que entre los civiles, al menos los del partido de Gobierno, no hay nadie que tenga la capacidad de hacer lo que se necesita para enderezar esa empresa y, lo más importante quizás, porque se está poniendo a los militares a hacer algo diferente y lejano de su función, que es básicamente defender la soberanía nacional.

    ¿Qué seguirá después? ¿El Sanaa, Hondutel, el Ministerio de Salud y todas las entidades que tengan problemas?

    Yo no creo que haya mucha diferencia entre los militares de antes y los de ahora; lo que ha cambiado son las circunstancias, pero si éstas se vuelven a dar, promovidas o aceptadas por los civiles, los resultados serán los mismos.

    Los militares deben regresar a los cuarteles y sólo salir para defender la soberanía y, en caso de que no nos ataquen del exterior, defender al pueblo de la insoportable ola de crimen.