13/12/2025
06:12 PM

Subasta de minucias

El Congreso Nacional manejará los fondos que se obtengan en subasta pública de los bienes embargados a los quiebrabancos en la década anterior para desarrollar proyectos de inversión social, según decreto legislativo aprobado por el pleno. La Comisión de Bancos y Seguros y la Secretaría de Finanzas prepararán las bases con el fin de recuperar, siquiera en parte, los casi cuatro mil millones de lempiras que invirtió el gobierno de Carlos Flores Facussé para proteger a los ahorrantes.

    El Congreso Nacional manejará los fondos que se obtengan en subasta pública de los bienes embargados a los quiebrabancos en la década anterior para desarrollar proyectos de inversión social, según decreto legislativo aprobado por el pleno. La Comisión de Bancos y Seguros y la Secretaría de Finanzas prepararán las bases con el fin de recuperar, siquiera en parte, los casi cuatro mil millones de lempiras que invirtió el gobierno de Carlos Flores Facussé para proteger a los ahorrantes.

    Viendo el asunto fríamente, los activos confiscados no tienen mayor valor, ya que esos pillos de cuello blanco se cuidaron de poner a buen recaudo los bienes muebles e inmuebles más valiosos a nombre de testaferros o ejecutando embargos artificiosos y, por lo tanto, ilegales. Pero 'del lobo un pelo', reza el dicho popular.

    Por supuesto, nadie está preso por esta monumental estafa debido a la debilidad, negligencia y cohecho, muy comunes en la justicia hondureña. Es más, muchos de los responsables directos del latrocinio caminan tranquilos por las calles de Tegucigalpa y San Pedro Sula, asisten a fiestas y reuniones de los leones y rotarios, salen en los diarios y, mientras saborean un aromático en una cafetería, comentan alegremente con sus amigos el acontecer nacional.

    Sabedores de que las leyes en Honduras son papel mojado y jamás se aplican a gente inescrupulosa con influencia en el poder político, no se tomaron la molestia, siquiera, de irse a vivir a Miami, Las Bahamas u otro paraíso fiscal de sudeste asiático.

    La realidad es que cuando se declararon en quiebra y dejaron a miles de personas 'en el aire', o en la tumba, sus empresas ya estaban fortalecidas con préstamos que tampoco pagaron. El resto de los 'dividendos' se fueron a bancos extranjeros y si sobraron algunos milloncitos, los invirtieron en política. Más de uno, también, apareció en las planillas a diputados a fin de lograr la inmunidad, por aquello de que 'nunca se sabe'.

    Ignoro si en esta subasta rematarán también las viviendas que centenares de personas adquirieron, con mucho sacrificio, a través de los bancos desaparecidos. Si así fuere, una jugada inteligente y sabia sería que el Congreso creara un fideicomiso para que las cooperativas de vivienda construyan sus propios proyectos habitacionales a bajos intereses, pues hasta ahora las urbanizaciones tienen dedicatoria para personas de altos ingresos, y los pobres...