20/05/2025
02:15 AM

La misión de los escritores

Las jóvenes generaciones de escritores hondureños, agrupados al estilo grupos de internet, Paispoesible, Mimalapalabra, Poetas del Grado Cero, han adoptado -cabe señalar la excepción que confirma la regla- posturas crispantes, fruto de una hinchazón de la inteligencia, surgido de un fatuo borgeanismo que no se mira fácilmente en otras latitudes.

    Las jóvenes generaciones de escritores hondureños, agrupados al estilo grupos de internet, Paispoesible, Mimalapalabra, Poetas del Grado Cero, han adoptado -cabe señalar la excepción que confirma la regla- posturas crispantes, fruto de una hinchazón de la inteligencia, surgido de un fatuo borgeanismo que no se mira fácilmente en otras latitudes.

    Los escritores tienen una misión fundamental en la sociedad: la de ser testigos de su tiempo, escudriñar la verdad, advertir el espíritu de la época. Tienen, además, que reinventar el mundo, el mundo ideal de los humanos y explotar la imaginación para hurgar en las entrañas de sus semejantes. Desde aquí se puede alumbrar obras en poesía, cuento, novela, ensayo, pintura, música, artes escénicas, etcétera, de gran calado.

    Entre escritores y más si aún están en su apogeo experimental, siempre hay y ha habido celos, envidias, enemigos, adversarios. Eso, hasta cierto punto es comprensible y aceptable, por eso de que somos humanos. Pero lo que bajo mi punto de vista se sale de línea es asumir la pose baudelaireana, maldita, es barrer la casa y arrojar a la basura todo lo que se encuentre por delante.

    Yo estoy de acuerdo en el debate, en la razón crítica, cuestionadora.

    No lo estoy tanto de una sabiduría de florilegios. Quien quiera ser bueno que haga al mundo mucho más humano con sus obras, porque la bondad en el escritor es la única carta de libertad en los tiempos difíciles.

    El talento, aunado con las energías, el espíritu creador y las ganas de pasar por el mundo dejando rastros imperecederos, es lo primero en la vida de un auténtico escritor o poeta. No hay tiempo para batallar.

    Subamos al areópago, discutamos cosas esenciales, porque de no ir a lo esencial nos vamos a perder en silogismos propios de falsos filósofos, dueños de la mentira y vacuas reyertas.

    Paíspoesible, Mimalapalabra y Poetas del Grado Cero, más los primeros que estos últimos, llevan una trayectoria en el país importante. Los poetas y escritores consagrados, pienso, por ejemplo en R. Sosa, Ó. Acosta, R. Paredes, A. Castelar, J. Escoto, H. Umaña, A. García, se han convertido en paraguas para estos colectivos jóvenes.

    Eso es bueno, pero no lo es tanto el complejo de ícaros que tienen algunos, cuya virtud es dejar caer la espada de Damocles en tu testa.