26/04/2024
12:56 AM

Viruela símica

    Como si nuestro país no experimentara incrementos en el número de compatriotas afectados por la tuberculosis, el covid-19 y sus nuevas variantes, el dengue, recién ha confirmado la Secretaría de Salud el primer caso de viruela símica en la ciudad de San Pedro Sula, con lo cual Honduras suma ya once pacientes infectados con esta enfermedad, que seguramente se irá extendiendo a otros centros urbanos.

    Diez casos en Tegucigalpa y uno en San Pedro Sula, el más reciente. Todos varones, hasta ahora.

    En el continente americano, Estados Unidos y Brasil reportan el mayor número de pacientes afectados por esta patología dérmica; de hecho, la nación sudamericana registra el mayor número de casos a nivel mundial.

    En la región centroamericana, Guatemala y Panamá reportan el mayor número de enfermos de este virus, descubierto por vez primera en 1958, que inicialmente surgió en África central y occidental.

    Si bien hasta ahora el mayor número de casos reportados ha ocurrido entre hombres que practican relaciones sexuales con otros hombres, también ya se reportan mujeres afectadas.

    Ya se está aplicando vacuna preventiva, pero se ha concluido que una única dosis no es suficiente, necesitando reforzarla con al menos una segunda aplicación.

    La vacuna, fabricada en Dinamarca, aún no está disponible en Honduras

    Los síntomas son picazón, lesiones dolorosas e inflamaciones en diversas regiones del cuerpo, además de fiebre. El tratamiento requiere el aislamiento del paciente para evitar su propagación.

    Investigaciones recientes en Gran Bretaña confirman que el virus también puede propagarse mediante contactos físicos de cualquier tipo, no solamente vía relación sexual íntima. Así, el contacto epidérmico puede constituir otra forma de infectarse, por lo que la transmisión puede incluso ocurrir antes de que se manifiesten erupciones cutáneas.

    Ante esta enfermedad se impone obligatoriamente la higiene permanente, aparte de cambios conductuales, evitando la promiscuidad sexual.

    No debe estigmatizarse a los pacientes afectados, tal como lamentablemente ha ocurrido con personas padeciendo el VIH-sida.

    Por el contrario, debe prevalecer la comprensión y solidaridad con quien sufre.

    Estamos, pues, ante otra emergencia de salud pública que requiere adecuadas medidas preventivas, tanto en lo personal como en lo institucional.