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Vacunarse y cuidarse

  • 19 septiembre 2021 /

    Mayor infección y mortalidad” es la previsión lógica y dramática para las próximas semanas cuyo final no aparece en el horizonte, por lo que, según la experiencia, cada quien habrá de velar por sí, como debió ser desde el principio, y no dejarse llevar por vanas palabras en discursos políticos o caminos encontrados con la ciencia o la experiencia. Total, el riesgo y el desafío al máximo nivel.

    Desde el campo de la Medicina, el mensaje es contundente, no demagógico, y aunque puede interpretarse como terror, los hechos están a la vista y son pruebas irrefutables. “Las últimas oleadas de covid-19 fueron por el cierre de las campañas políticas para las elecciones primarias o internas”. Para noviembre, será “un foco de infección gigante”.

    Mensaje visualizado a distancia cercana, pues han comenzado oficialmente las actividades febriles proselitistas en las que no cabe aquello de la bioseguridad. La distancia y los abrazos quiebran protocolos. ¿La mascarilla? ¡Cómo gritar los vivas! Uno de esos vozarrones va cargado de sonido, pero también de virus en la saliva que crean un círculo mortal.

    No es para asustar, sino para evaluar la grave situación que nos espera. Sin querer ser pájaro de mal agüero muchos no estarán en Navidad y no faltarán quienes paguen caro el ambiente victorioso de las concentraciones, porque no se enterarán del triunfo de su candidato. Será en la familia, madre, esposa e hijos donde duela la ausencia, en el partido ni se enterarán.

    Avanza la masiva campaña de vacunación, aunque hay opositores a la inmunización por causas diversas, para ingresar en los hospitales y tener cama en las áreas de covid hay que hacer fila tal y como se puede observar en los centros de atención primaria, cuyo objetivo es la detección de la enfermedad para remitir los pacientes a tratamiento especial, en no pocos casos a la unidad de cuidados intensivos.

    No sean tan dramáticos es la reacción de quienes ignoran o menosprecian la presencia, ya confirmada, de las variantes delta, alpha y beta que se moverán como pez en el agua en quienes no reciban las vacunas que no curan, pero fortalecen las defensas para que los efectos no generen el estado de gravedad en las personas. Vacunarse y cuidarse, no hay otro medicamento. En las aglomeraciones de personas ronda el virus, y qué casualidad: para sesiones presenciales en el Congreso no hay condiciones seguras, pero esas mismas personas andan por ciudades, pueblos y aldeas rodeados y hasta apretujados y ahí no detectan riesgo de contagio.