28/03/2024
06:53 PM

Prevenir antes
que lamentar

    Así puede sintetizarse la advertencia formulada por los representantes de las Redes de Emergencia y Solidaridad del Valle de Sula, integradas por distintas comunidades y patronatos; entre ellas, Baracoa, Guanchías, Guaymas, tanto a las autoridades centrales como a los gobiernos locales.

    El tiempo avanza y debe aprovecharse la actual estación seca a efecto de inspeccionar y reparar la red de bordos de protección, denunciando que más de nueve kilómetros de dicha infraestructura continúa dañada como resultado de las inundaciones ocurridas el año anterior, que provocaron cuantiosos daños materiales, incluyendo viviendas anegadas, además de enfermedades respiratorias. Adicionalmente recuerdan que aún hay zonas afectadas que no han sido atendidas: El Pantano, Nuevo Esfuerzo, La Compuerta, Pajuiles, Caimitos, Guaymón, Pavón Dos, La Fragua, Mucula, Campo Amapa, Río Chiquito y Las Cuchillas.

    Estos compatriotas, por experiencia propia, comprenden y así lo recuerdan que las emergencias provocadas por fenómenos naturales dejan no solo pérdida de vidas y destrucción de casas, puentes, calles, agravadas por la ausencia de políticas públicas de carácter preventivo que, de haberse implementado a tiempo y a cabalidad, hubieran reducido el impacto destructivo de las copiosas lluvias, por lo que exigen la elaboración y puesta en práctica de planes de emergencia por las distintas municipalidades con la colaboración de agencias estatales especializadas como Copeco.

    La construcción de bordos, que no siempre reúne los requisitos básicos indispensables en obras de ingeniería civil e hidráulica, es una medida paliativa, de corto plazo. Año tras año se invierten sumas millonarias en los mismos y los embates de las aguas los dañan o destruyen, por lo que se repiten anualmente estos cuantiosos desembolsos.

    La solución definitiva consiste en la construcción de represas que sirvan diversos propósitos: captación y almacenamiento de precipitaciones pluviales, riego, generación de energía, contribuyendo decisivamente al control de inundaciones. El reclamo de estos compatriotas debe ser debidamente escuchado y atendido, aún hay tiempo, siempre y cuando se inicien desde ahora las obras requeridas. La prevención es muchísimo menos costosa que la reconstrucción y el posponer su inicio para un nebuloso “mañana” pasará la factura más temprano que tarde.

    Por ello, este muy valedero pedido colectivo debe merecer la más alta prioridad en los presupuestos tanto de la Secretaría de Infraestructura y Transporte como de las distintas alcaldías.