Y la respuesta no tarda en llegar desde la base misma, la que a diario está con los alumnos en condiciones tan precarias que los índices reflejados en las calificaciones van a la par del número de alumnos matriculados y el alto porcentaje deserciones originadas en el mismo sistema educativo, en las precarias situaciones en infraestructura y en el incremento de los niveles de pobreza en miles de familias hondureñas.
Es un rosario de condicionamientos que siguen hundiendo las posibilidades reales de bienestar y mejoramiento en la calidad de vida de los hondureños. Para maquillar las estadísticas y mostrar estudios con porcentajes muy a gusto de funcionarios, no de maestros, y organismos internacionales se echa mano de lo más fácil e inmediato, exigiendo sacrificios a unos mientras que los beneficios recaen en otros, desgraciadamente los mismos.
Bastó que la Secretaría de Educación propusiese la realización de actividades escolares, recuperaciones, para tratar de rellenar los inmensos vacíos dejados durante el año escolar para que dirigentes magisteriales elevasen su voz con todo el derecho y propusiesen un plan alterno que por su novedad fuese atractivo gancho para los escolares.
Se refieren a la contratación de docentes jóvenes que así iniciarían, aunque breve, un período de experiencia muy favorable y los niños sentirían la atracción de nuevo maestro por dos meses que no por ser nuevo sea bueno, pero la novedad unida al trabajo, quizás el primero, puede ser oportunidad de mejor aprovechamiento en el aula.
En estas instancias nosotros ya estamos agostados. Creo que debía haber una programación alterna para poder atender a los niños”. Si la jornada presencial y digital ha representado un gran esfuerzo en el alumnado que terminó harto en el largo período, no lo fue menos para los maestros faltos de la cercanía de sus alumnos cuya mirada ausente no proporcionaba calificación para la enseñanza. También los maestros, capacitados a la carrera, carentes de experiencia y en múltiples ayudados por miembros de la familia más jóvenes resienten las extrañas condiciones.
Para despejar de toda duda los resultados de las recuperaciones partiendo en principio de la bondad y eficiencia del proyecto es preciso “contratar compañeros jóvenes por dos meses”, sin aprovecharse y abusar de la necesidad de trabajar pues inician con la ilusión en promesas y terminan en las calles.
Los técnicos, no ideólogos, del gobierno debieran presentar un plan alterno, distinto, inmediato y mucho más eficaz que el “Manual para la planificación y diseño de centros educativos”, necesario sí, pero no tanto como el desarrollo y ejecución de programas de enseñanza y aprendizaje, base de mejoramiento para las nuevas generaciones que respiran envueltas en retórica y demagogia.
