19/04/2024
12:32 AM

Ni un cinco

    Ni un cinco es la expresión significativa para dar a conocer el interés del Gobierno central por una zona del país que sigue siendo azotada por la sequía a tal grado que no hay cultivo, la alimentación apenas llega para sobrevivir y ni siquiera se habla de planes para mitigar las nefastas secuelas del estío que cada año son más agudas para la población de la zona conocida como corredor seco.

    Lo de zona de sequía no es un fenómeno reciente este año en el que disminuyeron las lluvias, sino que desde hace décadas el deterioro de las condiciones ambientales ha afectado la agricultura sin que haya habido reacción del Gobierno central a través de la Secretaría de Agricultura y Ganadería, cuyos funcionarios siguen viajando con buenos viáticos, elaborando planes para la eternidad o congraciándose con dirigentes campesinos cercanos al oficialismo,

    El corredor seco no entra en los planes del gobierno ni en la refundación por lo que su población, sobre todos los jóvenes, inician el éxodo hacia el norte. Las familias que permanecen trabajan la tierra por supervivencia lo que significa que el nivel de pobreza presenta un acelerado crecimiento al que no se le ve fin en las próximas décadas.

    “Esto aquí es duro. Trabajo no hay porque la sequía se volvió intensa y el invierno recién está comenzando”, se lamenta el alcalde de Liure, El Paraíso, quien agregó que ayuda a las familias con un poco de arroz que “conseguí pidiendo ayuda internacional porque el gobierno aquí no apoya... Hemos gestionado, pero ellos no responden. Ni un proyecto ni ayuda social han llegado”.

    El interés y la mirada de funcionarios y políticos se concentra en zonas de caudal partidista con promesas y vanas acciones muy aplaudidas que activistas multiplican en las redes sociales. En el corredor seco no hay condiciones para un sistema social en el que las personas se califican por el grado de adhesión y no por la naturaleza misma de su ciudadanía.

    “En lo que va de este año el Gobierno no nos ha transferido ni un cinco del presupuesto, entonces ¿cómo le ayudo yo a esta gente”. Más que esa ayuda anual contemplada en el presupuesto nacional, los pobladores demandan proyectos de riego, aprovechamiento del agua, porque año con año la crisis se agudiza y si es verdad que la agenda gubernamental carece de previsión y prevención, ya es hora de atender esta zona donde ni la emergencia mueve a los bien pagados funcionarios de la SAG.

    ¿No han llegado al corredor seco algunos centavos de la ayuda social entregada en el bono tamalero y en el de los pescados? Ni un cinco para ayudar a sobrevivir a centenares de familias hondureñas.