10/05/2024
12:47 AM

En septiembre, el mes de la patria

    Para los centroamericanos y particularmente para los hondureños, en el mes de septiembre se conmemoran y celebran varios acontecimientos históricos que han contribuido a la definición del perfil de la nación en la que vivimos.

    Hoy, día primero, celebramos el Día de la Bandera, el símbolo nacional por antonomasia que, por mucho, nos identifica y representa en el mundo entero. Ese pendón bicolor con cinco estrellas en el centro despierta emociones desde la más temprana infancia y nos une más que cualquier otro. Es experiencia común de todos los hondureños que, temporal o permanentemente, se ausentan del terruño, ante la presencia de nuestra bandera, en una representación diplomática o en una justa deportiva, sintamos una sensación indescriptible que no es más que una clara manifestación del amor por estas tierras. Y, si a la presencia de la bandera nacional se suman las notas de nuestro himno, es fácil que las lágrimas asomen y surquen nuestro rostro.

    Ya a mediados del mes se conmemoran dos acontecimientos centrales para nuestra historia. El día catorce, uno luctuoso, el fusilamiento de nuestro héroe máximo, don José Francisco Morazán Quesada, cuya conmemoración se acostumbra realizar la víspera de su muerte, acaecida el 15 de septiembre de 1842, en San José, Costa Rica. Este día la bandera nacional se iza a media asta, en señal de duelo.

    El día siguiente, 15 de septiembre, fiesta nacional principal, tanto en los lugares más recónditos de la patria como en las concentraciones urbanas más populosas, el pueblo se vuelca a las calles para participar y observar los desfiles que protagonizan los centros educativos gubernamentales y no gubernamentales, cuyos alumnos se visten de gala y marchan al compás de las tradicionales bandas. Como todos sabemos, se hace memoria ese día de aquel 15 de septiembre de 1821 en el que Centroamérica se desvinculó políticamente del imperio español y surge una federación de estados que, aunque de breve duración, se mantiene vigente en el imaginario y las aspiraciones de la mayoría de los centroamericanos.

    Finalmente, el 28 de este mismo mes, se celebra la llegada del Acta de Independencia a Comayagua, entonces capital del estado de Honduras, con lo que se consuma la emancipación del territorio hondureño de manera formal.

    Por todo lo anterior, es este un mes en el que debemos aprovechar, sobre todo los padres de familia y los educadores, para transmitir a las nuevas generaciones un sentimiento patriótico que se prolongue más allá de septiembre y que las comprometa con la búsqueda de un mejor futuro para este país que los ha visto nacer y crecer.