San Pedro Sula, Honduras
Apareció rejuvenecido El Cajón, no fue de la noche a la mañana ni tampoco con golpe de varita mágica, sino tras largos meses de trabajo y una sustancial inversión por medio de la cual han desaparecido las fugas y los túneles dejaron de ser una especie de canales que algún aventurero llegó a comparar, en un futuro inmediato, a los otros de una famosísima ciudad turística europea. No ha sido así, y la composición gráfica del trabajo periodístico con fotografías del inicio de esta década y actuales es evidencia del trabajo realizado.
Las filtraciones han desaparecido, las pérdida de agua de la mayor represa del país dejaron de ser un dolor de cabeza y hasta una de esas contradicciones inexplicables cuando arreciaba la sequía, bajaba a nivel crítico el espejo de agua e, incluso, se llegó a temer la inundación de la sala de máquinas con el aumento de las filtraciones. Los peligros y las pérdidas han quedado atrás, pero es necesario que el trabajo y la inversión se conviertan en mayor aportación de energía a la red nacional, de manera que supla otras fuentes generadoras más costosas e, incluso, contaminantes.
Buena noticia para el país, pues desde hace décadas El Cajón se ha mantenido, unas veces al alza y otras a la baja, como referente de la generación de energía limpia y, de hecho, más barata, pues su materia prima es la abundante cuenca hidrográfica que llena el embalse. Una vez terminado con el sellado de la estructura interna la labor de “modernización”, como titula LA PRENSA, se extenderá también al estudio del sedimento y a la elaboración de un proyecto de mitigación en aquellas zonas erosionadas de las que provienen tierra y material vegetal que se acumula en la represa.
Tras la conclusión del trabajo de mantenimiento de obras subterráneas, la meta inmediata se halla en aliviar y proteger el embalse de los arrastres de elementos sólidos para lo que, explica el jefe de mantenimiento, “hemos estado en diálogo con la Organización Internacional de Energía Atómica”, cuyo personal definirá el estudio que será donación del organismo de la ONU al que la ENEE responderá con personal calificado para limpiar el fondo, aumentar el nivel de la represa y así mejorar la capacidad de generar energía.
La modernización o rejuvenecimiento de El Cajón pasa también por la adquisición de equipo actual, pues su automatización está sostenida en tecnología de finales de los años 70. Pero esa es otra historia. Desaparecieron las filtraciones, viene alejar el riesgo de los sedimentos y, como soñar no cuenta nada, seguirá la tecnología de punta. Todo ello lo quieren ver los hondureños plasmado en reducción del déficit de la Enee por generar y distribuir más energía, barata y limpia.