03/12/2025
11:59 AM

El problema de los bordos

    El de los bordos es un problema que nos compete tanto a quienes habitamos esta ciudad como a los habitantes de los otros municipios del departamento de Cortés.

    Los vecinos de los bajos de Baracoa se tomaron ambos carriles de la carretera CA-13 exigiendo la reparación de estas construcciones que protegen zonas de inundación, así como el dragado del río. Denunciaron que las autoridades no actúan, pese a sus reiterados reclamos, alegando falta de fondos.

    La intensidad de las lluvias durante estos últimos meses del año requieren de priorizar su debido mantenimiento a efecto de evitar pérdidas humanas y materiales que cíclicamente ocurren, afectando quienes se han asentado en las riberas de los ríos.

    En San Pedro Sula, los bordos que lo atraviesan de este a oeste, en las márgenes de Río Piedras, Bermejo, Blanco y Santa Ana, constituyen el refugio de miles de familias de migrantes procedentes de los departamentos aledaños, que ante la falta de empleo, y atraídos por la expansión comercial e industrial sampedrana, que se ha contraído, se desplazan desde sus comunidades para subsistir precariamente en condiciones de extrema pobreza, careciendo de tierras en donde desarrollar labores agrícolas, refugiados en chozas de cartón, latas, plásticos, obteniendo los servicios de agua y luz de manera ilícita, lo que les coloca en situación de riesgo por las deficientes instalaciones eléctricas sujetas a corto circuitos.

    Sus problemas más acuciantes son el peligro de desastres naturales, insalubridad, marginalidad social, deterioro del ambiente, los daños a los cauces fluviales y las obras de protección.

    No reciben suficiente atención por parte de las autoridades municipales que consideran se encuentran ilegalmente en dichas zonas, y su enfoque tiende a centrase únicamente en recuperar los bordos y devolverlos por ser patrimonio ambiental del municipio, centrándose meramente en aspectos físico-legales, excluyendo consideraciones pluralistas, incluyentes y sostenibles.

    Sus moradores deben ser incluidos como sujetos activos en la toma de decisiones, ya que afectan sus condiciones de vida. Organizarlos y capacitarlos resulta esencial para tal propósito, a fin que se conviertan en gestores de su propio desarrollo, incluyendo el desarrollo de proyectos con las familias de los bordos centrados en la producción y comercialización de productos que les generen ingresos y sean competitivos en calidad y precios. Su reubicación en otras zonas exentas de riesgos naturales no es fácil, ya que las autoridades edilicias de diversos municipios han rechazado el alojarlos. Adicionalmente, crear comités de vigilancia para brindar seguridad a las familias ante el acoso de la delincuencia y narcotraficantes.

    Cuando eventualmente la corporación municipal citadina defina soluciones realistas a esta compleja problemática, debe convocarse a cabildo abierto para que los planteamientos y acuerdos sobre la reubicación posean carácter legal tal como lo estipula la ley.