27/03/2023
03:09 AM

Diplomacia inteligente

    Tanto desde Casa Presidencial como desde la Cancillería de la República se ha afirmado que la presencia de la presidenta Castro y del canciller Reina en la reunión de la Celac, en Buenos Aires, servirá para relanzar la cooperación con algunos de los países de la región, Venezuela y Brasil entre ellos, con los que se había hecho una especie de pausa, por razones de todos conocidas.

    La verdad es que el Estado hondureño es soberano y, por lo mismo, es libre de establecer relaciones con quien le convenga y así buscar acuerdos que beneficien a su población. Además, la interdependencia internacional es cada vez mayor y el aislamiento no le ayuda a nadie.

    Sin embargo, la apertura diplomática debe hacerse muy inteligentemente, tomando en cuenta el marco global, con pragmatismo, y evitando la toma de decisiones por motivos exclusivamente políticos que, a la postre, poco aportarán al desarrollo nacional y solo servirán para hacer eco de las consignas que no se traducen nunca en bienestar para el día a día de los hondureños y que más bien pueden generar malentendidos con aquellos que siempre nos han tendido la mano y que mayores inversiones han hecho en el país históricamente.

    La diplomacia hondureña debe actuar más allá de prejuicios políticos y manejar con sabiduría, sobre todo la relación con Estados Unidos, que, aunque a algunos no les gusta admitir, es la que más ganancia nos reporta.

    Son pocos los hondureños que envían remesas desde Brasil o Venezuela, si es que los hay, y millones de dólares los que entran mes a mes, semana a semana, día a día, desde la nación del Norte. Y si se realizara una encuesta de cuál es el país al que a muchos hondureños les gustaría emigrar, muy pocos serían los que mirarían hacia el Sur y muchos hacia arriba.

    De hecho, hemos visto cómo miles de venezolanos mendigan en nuestras ciudades, ya que han huido de un país en el que, además de falta de libertades, sufren falta de trabajo, comida y servicios básicos. De Cuba ni hablar, el flujo migratorio es indetenible, especialmente por mar, y sin importar el riesgo de perder la vida.

    La diplomacia hondureña en esta coyuntura requiere de menos eslóganes y más inteligencia. Exige que dejen de usarse conceptos como “imperialismo” y otras sandeces, porque se puede dar la impresión de que se quiere morder la mano del que busca alimentarte. Y eso nada tiene que ver con indignidad ni con sumisión. Tiene que ver con pensar en el futuro y ver siempre hacia adelante, en lugar de buscar soluciones donde, claramente, no las hay.