23/04/2024
08:07 AM

Décadas de retraso

    El gobierno debiera ser el primer interesado en que el Instituto Hondureño de Seguridad Social se fortalezca y ofrezca a los derechohabientes servicios a los que tienen pleno derecho por cumplir sus obligaciones. La historia evidencia todo lo contrario tanto por el incumplimiento de la deuda histórica, por la tardanza en el pago de planillas y por el aprovechamiento descarado en la colocación de personal del partido en el poder.

    Los afiliados y los empresarios contribuyen a aminorar la carga en el sistema público de salud y a aliviar la crisis, hoy tan grave que hasta los salarios alcanza. Lo de las farmacias es otro asunto también preocupante para los pacientes. En los últimos días hemos escuchado la voz de las autoridades de la regional del IHSS tanto en lo que se refiere a instalaciones y atención como a la falta de filiación de miles de trabajadores.

    “Desde hace más diez años el hospital no da abasto. El edificio no reúne las condiciones para atender a la población laboralmente activa que continúa creciendo”, señaló el director regional para quien hay otra serie de problemas derivados de la miopía de las primeras autoridades al adquirir un hotel y aquel negocio cuyo avión en la azotea era atractivo.

    Décadas en tirar y levantar paredes, traslado de oficinas y reubicación de secciones en el hospital han consumido millones, pero una pulgada más no se ha añadido a la infraestructura original hoy agravada por los constantes embotellamientos en la circulación de vehículos sobre el bulevar del norte. Todo un problema complejo con múltiples protagonistas, cuya visibilidad más evidente nutrió por años la corrupción al más alto nivel.

    No solo merecen un nuevo hospital los derechohabientes de la regional de San Pedro Sula, sino que tienen pleno derecho a él, pues representan el 48.8% de los afiliados a nivel nacional que aportan un 70% de los ingresos del organismo de salud y proyección social con atención hospitalaria, consultas médicas, incapacidades, jubilaciones y pensiones. Un sistema financiado por trabajadores y la patronal, cuyos esfuerzos debieran valorarse en toda su medida con atención modernizada e infraestructura actualizada.

    En la regional han abierto clínicas periféricas como paliativos, pero no como solución a los graves problemas en la atención a los afiliados y los beneficiarios. La necesidad, y esta es grave, genera iniciativas como la construcción “de un nuevo hospital que sea de primer nivel y que en unos 20 o 30 años continúe siendo eficiente”. Quizás en la directiva central hayan comentado “para cuando san Juan baje el dedo”, pero es necesario no solo insistir sino exigir porque el cumplimiento de los deberes lleva consigo la actividad real, no teórica, y eficiente de los derechos.