04/12/2025
05:33 AM

Abdicando nuestra responsabilidad

    Si optamos por aislarnos en nuestras respectivas burbujas existenciales, como actitud de autoprotección, desactivándonos y olvidándonos del medio sociopolítico circundante que está ocurriendo en nuestra Honduras, dándole la espalda al entorno, estamos adoptando conductas apáticas, escapistas, irresponsables, estamos equivocados.

    Sea porque hemos concluido que es imposible e inútil participar y disentir, hacer que nuestra voz sea escuchada, que es mejor vegetar, olvidándonos de la dura realidad cotidiana y el rumbo actual por el que se conduce a la nación, hemos capitulado sin haber intentando un esfuerzo participativo, al concluir -erróneamente- que no tenemos ningún control respecto a lo que nos concierne y afecta cotidianamente.

    Dos son las alternativas: activar y contribuir solidaria y activamente al bien común, a la construcción y fortalecimiento democrático o, por el contrario, convertirnos en hedonistas en búsqueda incesante y desenfrenada de placeres o transformarnos en ermitaños, olvidándonos de los deberes y compromisos con la patria y nuestros compatriotas.

    Vivimos tiempos inciertos, violentos, que en cualquier momento pueden afectar a nuestras familias, amistades, a nosotros mismos.

    Fácilmente podemos concluir que no existen respuestas viables, que todo está perdido irremediablemente, que cualquier protesta pacífica resulta en vano, inútil, sin esperanza. Con ello facilitamos que los audaces, inescrupulosos, corruptos, se perpetúen en el poder, contribuyendo con tal actitud de pasividad a la consolidación, sirviéndoles de escalera y punto de apoyo a malvivientes.

    Cuando nos percatemos de lo ocurrido será ya demasiado tarde para rectificar, pasaremos del exilio interior al exterior, no deseado, al “encierro, destierro, entierro”.

    En nuestra doble condición de ciudadanos y comunicadores tenemos la obligación y compromiso -profesional y ético- de referirnos a las personas y hechos por su nombre, sin autocensurarnos, sea por temor, prebendas, amenazas.

    Nuestro único y exclusivo compromiso es, y debe ser, con la verdad, sin manipularla, deformarla, restringirla. De nosotros depende.