Luego, vivir la virtud humana del respeto. En este caso, hablo de la obligación de reconocer la dignidad de las personas con las que se coexiste en el hogar.
Muchos emprendedores tienen el deseo de ayudar, de devolver algo a su comunidad, pero no saben por dónde empezar. Algunos creen que la responsabilidad social solo es cosa de empresas grandes.
La desintegración familiar y la pérdida de valores en el hogar influyen para que algunas adolescentes enfrenten la sexualidad como un juego, sin conciencia sobre las consecuencias.