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A la vista, noviembre

  • 07 agosto 2020 /

    A tres meses para las elecciones en la unión americana la ambición por la reelección y los cada vez más numerosos y fuertes presagios de derrota van dando a luz estrategias, nada nuevas, pero que en otras ocasiones tuvieron su efecto. El titular de la Casa Blanca aplica a sus ciudadanos la política de mano dura para tratar de convencer a los votantes que la seguridad es prioridad. Tiene antecedente, un poco lejano, Nixon hace 52 años, pero los cuatro años de la administración Trump son evidencia de autoritarismo y no hay espacio para la duda como la primera vez.

    Los acontecimientos diarios, todos en ambiente electoral, son más que desastrosos para el presidente republicano, quien en todo, incluso en las urnas, la pérdida es una catástrofe mundial y casi el fin de la humanidad por lo que es “imposible” el rechazo de los ciudadanos hacia quien se presenta y se cree triunfador por y para siempre. El retraso de las elecciones de noviembre y las reiteradas denuncias de teorías conspirativas son las más claras y recientes evidencias del temor a la derrota, llegando incluso a atacar el sistema y calar en la sociedad el mensaje de desconfianza en el voto por correo, dando así el nivel del daño causado por el poder que tiene y el que ha ido acaparando en su disparatado manejo de la administración.

    Profesionales del Derecho Constitucional señalan que la posibilidad de autorizar un retraso le corresponde al Congreso, nunca al mandatario. Lo previsible es la preparación del terreno en caso de la derrota, sentida ya tan cercana por los republicanos, pues así abriría espacio para resistirse a aceptar los resultados con vacíos argumentos de conspiración y fraude.
    Si hace unas semanas dos libros de autores muy cercanos al mandatario obligaron a cerrar filas e, incluso, a acudir a los tribunales. En los últimos días el intento, enésimo, de obtener información sobre la declaración de ingresos personales y corporativos ha multiplicado las idas y venidas, aseguradas como exitosas, para evitar el reporte fiscal de los últimos ocho años.

    El doble lenguaje, como la más ingenua estrategia, se va adueñando del discurso proselitista.

    Un muro, del que él hizo bandera, es presentado como una trampa de sus enemigos para desacreditarlo. El voto correo, presentado como posible fraude, es ahora la gran opción democrática en el estado de Florida. Y mientras la pandemia mantiene en jaque casi “mate” en varios estados, sus intromisiones van más allá de la charla prudente para tomar y aconsejar acciones al margen y en contra de los profesionales de la salud. Lo último o penúltimo: vacuna para el 3 de noviembre, llega para “votar”, pero ya el virus se llevó a casi 160,000 norteamericanos. “Calladito…”