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275 años de cuidados maternales

  • 02 febrero 2022 /

    Un día como hoy, hace 275 años, dos sencillos labriegos se toparon, gracias a un providencial favor, con una pequeña estatua de la Inmaculada Concepción. Todos los hondureños conocemos, con mayor o menor precisión, sobre el lugar y las circunstancias en que el hecho se dio, y cómo, desde entonces, entre los cristianos católicos de este país, la devoción a aquella imagen de la Madre de Dios creció, y ha continuado creciendo, ininterrumpidamente hasta que, bajo la advocación de Nuestra Señora de Suyapa, fue nombrada Patrona de Honduras, y se puso bajo su protección a todos los hombres y mujeres que habitamos estas tierras.

    Para celebrar estos 275 años del hallazgo de la Virgen de Suyapa, el papa Francisco ha concedido celebrar un jubileo, que comenzó el 8 de diciembre del año recién pasado y concluirá el 3 de febrero de 2023. A lo largo de estos meses, miles, millones tal vez, de hondureños, visitarán la majestuosa basílica de Tegucigalpa, y, seguramente, pondrán a los pies de santa María de Suyapa sus penas y alegrías, sus sufrimientos y esperanzas, sus deseos por un futuro mejor para ellos mismos, para sus seres queridos y para este país en general.

    La pieza musical más conocida compuesta en honor a la Patrona de Honduras, dice, justamente: “calmarás mis penas y mis amarguras”; pide a la Virgen que se ocupe de interceder por este pueblo, que tanto ha padecido a lo largo de su historia. Y ella no ha hecho nunca oídos sordos a las peticiones de sus hijos. De hecho, en los últimos años, adosada a la basílica, se ha construido un espacio en el que se exhiben los exvotos que, a lo largo de casi tres siglos, los peregrinos han llevado como señal de agradecimiento por las gracias recibidas, por la respuesta a sus oraciones. Se cuentan por cientos, miles quizá, esas muestras de gratitud que nos permiten ver tantos favores concedidos.

    A pesar de la pandemia, desde hace un par de semanas, la afluencia de personas, muchísimos grupos familiares, ha ido en aumento día con día. Conmueve observar el amor y la confianza con las que las miradas se elevan hacia la Morenita. Alrededor del pedestal en el que se ha colocado la urna que protege a la imagen hay siempre flores frescas. Aquel “llevaré las rosas más bellas de Honduras” se hace realidad día con día.

    Todos esperamos que, desde Suyapa, la Virgen vuelva su mirada a este pueblo, que, de nuevo, sufre y espera su intercesión.