La burocracia tiene una tendencia a perpetuarse y a crecer. Es en la naturaleza de cualquier organización o proceso buscar su supervivencia y expansión, contra cualquier otra consideración. Es tarea de la sociedad estar juzgando estos hechos en el accionar del sector publico, para mitigar y revertir estos procesos.
Un tema son los licenciamientos en áreas zonificadas. Por ejemplo, construir una vivienda en una zona residencial no debería requerir ningún tipo de validación ambiental o de zonificación, ya que la aprobación de uso general implica la aceptación del uso para cada caso particular.
Por tanto, solo representa una perdida de tiempo y dinero (como mínimo), y como máximo una amenaza de ser víctima de la arbitrariedad o rapacidad de algún funcionario.
La mayor parte de los tramites ambientales, de zonificación, y otros similares corresponden a este tipo de casos, y esto tiene otra consecuencia negativa.
Al abrumarse la capacidad administrativa de las instituciones con papeleo superfluo, y reducen su capacidad de vigilar por el cumplimiento de la ley.
Si una oficina ambiental esta lidiando con permisos para residencias o comercios en su zona aprobada, dándoles la misma atención que a una actividad industrial o en una zona frágil, no podrá concentrarse en problemas reales.
¿Y cuales son estos problemas?
En zonas urbanas, para usos normales, vemos: Invasión de los cauces de las quebradas y ríos, invasión de los retiros y hasta derechos de vía de las calles o avenidas, usos comerciales en lugares indebidos, formas imprudentes de lidiar con terracería o cimentación, y remodelaciones o ampliaciones artesanales.
Además, están los problemas que se dan con actividades industriales, y la presión en capacidades viales y de servicios públicos.