Desde hace décadas, Taiwán está ofreciendo este tipo de muestra de amor y solidaridad humana en muchos países sin importar si son aliados o no de nuestro país.
La apertura cada vez mayor de fronteras y políticas migratorias ha puesto nuevos desafíos a la prevención y el control de enfermedades contagiosas transnacionales. Únicamente una cooperación más estrecha y completa entre los países del mundo, puede garantizar efectivamente la salud y el bienestar del ser humano.
Taiwán, ubicado en el centro del eje del Indo-Pacífico, con un movimiento frecuente de bienes y personas, tiene la gran necesidad de prevenir epidemias. Sin embargo, por motivos políticos, no se le permite participar plenamente en las reuniones técnicas, mecanismos y actividades de la OMS. Este fenómeno es como la única pieza faltante en un juego de rompecabezas. Esto es una situación injusta e incorrecta para Taiwán.
Taiwán se ha transformado exitosamente de un país receptor de ayuda internacional a proveedor de asistencia humanitaria y ha puesto de su parte para ayudar a los países necesitados.
La experiencia de desarrollo de Taiwán puede servir como referencia valiosa para otros países. La inclusión de Taiwán en el sistema de prevención global de epidemias puede beneficiar a muchas naciones, potenciando los esfuerzos de la OMS.
Taiwán puede ayudar en muchos temas de salud mundial, por ejemplo, la cobertura sanitaria universal, la respuesta a emergencias y catástrofes, la capacitación de profesionales médicos.
En 2018, cuando apareció un nuevo brote de ébola, Taiwán ofreció inmediatamente una donación de un millón de dólares a la OMS para ayudar a contrarrestar la amenaza de la epidemia. A pesar de que la donación se vio obligada a suspenderse por causas políticas, Taiwán demostró una vez más al mundo que su determinación de participar en la cooperación médica y sanitaria internacional permanece inalterable. Taiwán no cederá a la barrera política, sino que seguirá luchando para que sus esfuerzos sean reconocidos internacionalmente.
