¡Por favor, no lo mate aquí adentro...! Petición de una desesperada propietaria de un restaurante en San Pedro Sula. Una ciudad con los índices más altos de violencia entre los 298 municipios del país y del resto de Centroamérica.
Esta misma petición, en otros tiempos, era diferente, pues el reclamo y el respeto a la vida humana tenía un valor especial y la exclamación era ¡en nombre de Dios, por favor, no lo mate...! ya sea adentro o afuera y no importando quien fuera el cristiano o pagano.
Hoy en día, casi nadie se lamenta de estos hechos y poco les importa que hacía en vida, el ahora cadáver, y aún sin conocerlo sobra quien le condene, mientras llega la cinta amarilla de la policía y las cámaras de los medios de comunicación que le hacen publicidad a la desgracia y a la violencia.
Por los pecadores pagan los justos, pues no a toda persona que asesinan tiene que ser delincuente o infractor de leyes, no importando que todos los cadáveres se parezcan.
Los valores espirituales y morales se han restado en gran medida mientras tanto, la suma de la violencia a través de la maldad del crimen condena y quitan vidas sin piedad por el motivo que sea.
Según datos estadísticos sobre la violencia en Honduras y, en especial en San Pedro Sula, cada dos horas se comete un crimen de hombres o de mujeres, debido al aumento del flagelo del narcotráfico, crimen organizado, bandas de roba carros, secuestradores, extorsionadores, sicarios en todos los niveles de la sociedad, hondureña y sampedrana, específicamente.
Honduras, catalogado como la segunda nación más violenta de Latinoamérica, entre el año 2023 y 2024 suman un promedio de 11, 294 homicidios en un país llamado Honduras.
