02/04/2025
04:42 PM

Para comenzar septiembre

Roger Martínez

El domingo recién pasado, primero de septiembre, Día de la Bandera, desde muy temprano se dejaron escuchar en Tegucigalpa los cañonazos con los que tradicionalmente se saluda al más importante símbolo nacional y se da por comenzado el Mes de la Patria.

Desde ese día, y hasta el día 28, fecha en la que se recuerda la llegada del Acta de Independencia a Comayagua, se suceden una serie de celebraciones que giran alrededor de nuestra emancipación política de España y de nuestros héroes; esos prohombres que empeñaron su vida por hacer de Honduras una nación respetada, en la que sus hijos pudiéramos nacer, crecer y morir dignamente.

Hay en todas estas celebraciones un elemento afectivo. Se interpela con frecuencia al “amor a la patria”, a procurar una conducta que lo demuestre; se invita a venerar a nuestros próceres y a trabajar por engrandecer a Honduras en todo sentido.

Sin embargo, y estarán ustedes de acuerdo conmigo, los discursos que se pronuncias y escuchan en estos días son poco “aterrizados”, mucha lírica, mucha invocación al ejemplo de los grandes que nos han precedido, pero muy poca referencia a aquellos comportamientos que deberíamos practicar los hondureños para demostrar con hechos el amor por la patria.

Y, si reflexionamos serenamente y con objetividad, caemos en cuenta que la verdadera manera de honrar a la patria y de celebrar su natalicio como nación independiente, está en relación directa con acciones cotidianas que no solo pueden circunscribirse a septiembre, sino que deben ser hábitos operativos que es necesario practicar el año entero.

Hablo, por ejemplo, de nuestra conducta dentro del íntimo ámbito familiar. No puede amar a Honduras el que no ama a su gente más cercana. No puede ser buen ciudadano aquel que no es buen esposo, buen padre, buen hijo, buen hermano. No puede amar a Honduras el que, en sus relaciones de amistad, no practica virtudes humanas como la lealtad, la empatía o la solidaridad. No puede ser buen hijo de esta tierra el que no respeta las leyes más elementales como las de tránsito o las de convivencia ciudadana. Ni hablar del pago de los impuestos o del cuidado del medio ambiente.

Con el supuesto amor a Honduras sucede lo mismo que con tantos otros aspectos nuestra existencia: esa falta de coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos; esa inexistente integridad que se refleja en temas tan básicos como cuando se tira la basura a la calle o cuando se cruza un semáforo en rojo o cuando nos colamos adelante en una fila e irrespetamos el derecho de los demás.

Es en esas pequeñas cosas en las que de verdad demostramos el auténtico amor a Honduras.

Alegría y color con los desfiles del 15 de Septiembre en San Pedro Sula
¡Fiesta en las calles! San Pedro Sula se llena de alegría y color con los desfiles del 15 de Septiembre
Keep WatchingNext video in 8 seconds
0 seconds of 4 minutes, 18 secondsVolume 0%
Press shift question mark to access a list of keyboard shortcuts
00:00
04:18
04:18