26/03/2024
10:27 AM

Nuevo año, actitud correcta

  • 30 diciembre 2022 /

La Biblia nos previene acerca del enojo (Mateo 5:22). Pero el enojo como respuesta a acciones o a situaciones no es necesariamente malo. El salmista, por ejemplo, aconseja: “Si se enojan, no pequen; en la quietud del descanso nocturno examínense el corazón” (Salmos 4:4 NVI).

El profeta Samuel, por su parte, se enojó por la desobediencia del rey Saúl. “¡Silencio!”, le dijo. “Ahora voy a decirte lo que Dios me dijo anoche...: ‘A Dios le agrada más que le obedezcan, y no que le traigan ofrendas’” (1 Samuel 15:16, 22).

El apóstol Pablo también se molestó por la conducta anticristiana de Pedro (Gálatas 2:11-14) y por el politeísmo que vio en Atenas; dice la Biblia que “su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría” (Hechos 17:16). Y a Jesús igualmente se le calentó la sangre con los hombres que vendían bueyes, ovejas y palomas en el templo, y con los que estaban sentados a sus mesas cambiando monedas extranjeras por monedas judías. “La casa de Dios, mi Padre, no es un mercado”, les esclareció (Juan 2:13-16).

El enojo es malo, entonces, cuando dejamos que nos domine. “Además —dice la Biblia—, no pequen al dejar que el enojo los controle.

No permitan que el sol se ponga mientras siguen enojados, porque el enojo da lugar al diablo” (Efesios 4:26-27 NTV). Muchas cosas pudieron haber iniciado en enojo y terminado en vergüenza para nosotros en este año. Otras puede ser que continúen enojándonos y poniéndonos los pelos de punta.

Pero el secreto está en parar en el momento justo; en no dejar que esa emoción corpulenta se sobreponga a todos y a todo. “Cuando aprietas el puño, nadie puede poner nada en tu mano, ni tu mano puede recoger nada”, escribió en una oportunidad Alex Haley.

Por eso, el consejo es este: nuevo año, actitud correcta; la actitud que no le da rienda suelta al enojo, sino que calladamente lo controla (Proverbios 29:11).