27/03/2024
10:55 AM

Luz en la oscuridad

Jibsam Melgares

Se cuenta de un piloto que se dirigía en una avioneta hacia un pequeño aeropuerto municipal. Había partido más tarde de lo planeado. Cuando llegó cerca del aeropuerto en el que debía aterrizar, el sol justo se escondió detrás de las montañas y todo se oscureció.

Fue como si de repente alguien hubiera apagado la luz. Para cuando él estaba en posición de aterrizaje, ya no podía ver bien la pista y no había nadie trabajando en el aeródromo para ayudarle.

Dio un par de vueltas para intentar aterrizar, pero la oscuridad hacía que fuera una tarea imposible.

Estuvo cerca de dos horas sobrevolando el aeroparque, mientras la oscuridad se acentuaba más y su necesidad se transformaba en desesperación. Él sabía que podía morir si se le terminaba el combustible.

Cuando el pánico comenzaba a apoderarse de él, algo maravilloso sucedió. Un hombre que vivía cerca del aeródromo escucho al avión dar vueltas y vueltas, e intuyó que el piloto podía estar en problemas. Este buen hombre arrancó su automóvil y manejó hacia la pista de aterrizaje.

Encendió las luces altas y fue desde una punta de la pista hasta la otra, mostrándole el camino al piloto. Luego estacionó su auto en la cabecera de la pista, con las luces encendidas. Gracias a esta oportuna acción, el piloto logró aterrizar bien y se salvó de un accidente que seguramente habría sido fatal. Esto es lo que hace la Biblia por nosotros.

Sus consejos son como una lámpara que ilumina nuestro camino en medio de la oscuridad de la vida (Salmo 119:105). Como bien indica Stephen Davey, la idea de Dios es guiarnos a través de ella, para evitar que nos quedemos sin combustible y nos estrellemos, o que aterricemos en la pista equivocada.La Biblia es fundamental, sobre todo, porque apunta a Cristo, la verdadera luz del mundo.El único que puede sacar al ser humano de las tinieblas en las que siempre se encuentra (Mateo 4:16; Juan 8:12).