18/04/2024
08:28 PM

Lo que nunca
debe faltar

Alejandro Espinoza

“Confía en los que se esfuerzan por ser amados, duda de los que solo procuran parecer amables”, Giacomo Leopardi.

La amabilidad se expresa en el respeto y afecto hacia el prójimo, no es hablar suave y despacio con delicadeza como muchas personas logran interpretar; se muestra igual, siempre necesitamos esta práctica en la sociedad, ya que mantiene las relaciones en la línea de la buena comunicación, no en el aislamiento y la apatía, una persona amable trata bien a todos independiente de la respuesta que le den son personas que suman y multiplican, nunca restan.

Ser amable es más que una cortesía, es vivir agradecido, elevar el ánimo, muchos beneficios podemos obtener como ser la longevidad, la depresión se reduce, permaneces libre de prejuicios, expectativas y creencias de las personas, las personas reportan una sensación física diferente con más energía, el cerebro genera serotonina, un neurotransmisor que da la sensación de satisfacción y bienestar.

La amabilidad es más que una buena educación, es una actitud de vida, por ello usted podrá ver personas con títulos, preparación, pero sin una pizca de amabilidad y respeto en momentos de adversidad.

La naturaleza humana está en constante rebelión contra Dios, consigo misma y los demás, siempre quiere hacer la voluntad, pero a su propia manera y tener el control ignorando que los planes de Dios son mejores.

Es allí donde se queda atrapado en el “YO”. El problema de la mentalidad cerrada es que la boca siempre está abierta, el necio anima a la confrontación y negatividad, pero el sabio las disipa. “Panal de miel son los dichos suaves; suavidad al alma y medicina para los huesos”. Proverbios 16:24.

Las palabras y las acciones pueden ayudar a sanar el espíritu quebrantado, la gente amable no es chismosa, no defrauda la confianza, no es egocéntrica que vela solo sus intereses es aprender a vivir y que nunca falte.