“No sé con qué armas se luchará en la tercera guerra mundial, pero sí sé con cuáles lo harán en la cuarta: palos y mazos”: Martin Luther King.
En la práctica las guerras se han desarrollado en civilizaciones, ha originado la construcción de murallas, fortalezas, monumentos, símbolos, en la época primitiva eran resultados de presiones demográficas y la escasez de recursos; hoy en día es el mantenimiento o el cambio de relaciones de poder, conflictos económicos, ideológicos, territoriales con resultados de muertes individuales o colectivas; la vida es trastocada, las personas deben migrar e iniciar de cero una nueva vida tal cual se está viviendo en Ucrania.
La concepción política de la guerra que en sus inicios arranca con Platón, otros autores como Maquiavelo o Hobbes, para quienes el derecho de guerra se define en términos del poder o de soberanía.
La sabiduría divina nos menciona la guerra que existe en el ser humano; ¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?
Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, por que no pedís.
Pedís, y no recibís, por que pedís mal, para gastar en vuestros deleites. Santiago 4:1-3 RVR60. Todos en la vida hemos perdido, una batalla pero no la guerra de poder cambiar a nosotros mismos y añadir valor a nuestra vida; muchos han llamado al éxito resultado del propósito pero no puedo dejar a un lado el fracaso; ya que nadie puede decir que no ha fallado.
“El éxito es tambalearse de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo”: Winston Churchill. Si estamos en el suelo es más fácil ponerse de rodillas; clamamos por una sociedad que aprenda a usar los zapatos de otros, que exista la tolerancia de intercambiar ideas y unidos progresar.