24/04/2024
12:27 AM

¡La amabilidad!

Alejandro Espinoza

Las personas amables poseen empatía, generosidad, respeto y sobre todo el autocontrol emocional. Esto nos permite reaccionar ante la adversidad de la vida, cuidando siempre el impulso de luchar o de huir. Es un valor social que lastimosamente se ha perdido en nuestra sociedad, para muchos ser amable es ser débil o es mostrar la vulnerabilidad; pero la realidad es que el afecto y benevolencia es una forma de relacionarnos con otros. Una persona sabia siempre es amable y considerada, trae agua fresca para mitigar una sed desesperada.

Las personas amables protegen su corazón, retrasan el envejecimiento, son dados a tener relaciones más duraderas y transmiten mejores valores, creando ambientes y atmósferas limpios y no tóxicos. La gentileza y amabilidad aparece en las Escrituras: “Con larga paciencia se aplaca el príncipe, y la lengua blanda quebranta los huesos”: Proverbios 25:15 RVR60. Es decir, una lengua amable es más fuerte que un hueso rígido. Según la traducción en inglés, “Una lengua amable puede convencer al más testarudo”. Vivimos tiempos donde todo mundo camina con la mecha corta y no sabes si te puede explotar en la mano o la boca. Los índices de tolerancia, comprensión, se agotaron por todo el entorno mundial, pero debemos prestar atención al consejo del rey Salomón. “La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa leña al fuego”: Proverbios 15:1 NVI. El apóstol Pablo nos exhorta para cultivar las cualidades de liderazgo, incluir en la personalidad la justicia, la piedad, la fe, el amor, la perseverancia y la amabilidad: 1 Timoteo 6:11 RVR60.

La amabilidad no implica debilidad, expresa fuerza, madurez, dominio propio y deseo de ser productivo en la vida. Se requiere una identidad fuerte de sí mismo; los inseguros se sienten amenazados, menospreciados y ofendidos y lo compensan actuando con exageración. John Wooden dijo: “Nunca olvidé que lo vi hacer y cómo lo hizo”. La realidad es tiempo de calmarnos y enfocarnos.