Para poder tener un sistema unificado de educación superior es necesario que haya facilidad en la migración u acumulación entre carreras y universidades. Por diferentes factores de inclinación, geografía, o situación económica, las personas necesitan hacer estos cambios.
Las dificultades y penalidades que existen para hacer estos cambios pueden resultar en ineficiencia en asignar recursos educativos, deserción, mayor gasto e inversión de tiempo de parte del estudiante, y perdida social general.
Se debe poder acreditar clases de una carrera a otra dentro del mismo sistema. Generalmente, este se da cuando son clases de distintas facultades. En muchos casos, clases que son equivalentes no son acreditables de forma automática. Para diferentes materias, vemos que el árbol de especialización se bifurca bastante temprano, resultando en múltiples clases en distintas facultades que pudiesen ser dadas de forma general.
La solución es mantener la mayor cantidad de clases posible dadas de forma general (las requeridas por más de una facultad), o ser válida para todas las que la requiera. Esto logra más fácilmente el camino hacia múltiples carreras, y evita la duplicidad de esfuerzo. En algunos casos será necesario trabajar en homologar una materia, pero los beneficios de estandarizarla serán muy superiores a cualquier incomodidad pasajera.
Entre sistemas universitarios, se dan los mismos problemas solo que de forma agravada. Al no haber estandarización de la forma de dar clases es necesario que sea fácil la acreditación de materias similares cursadas. Debe haber un sistema abierto y transparente, de fácil acceso al estudiante, que les permita saber qué tipo de crédito pueden recibir por trabajo cursado en otro sistema y hacer las validaciones necesarias.