“Hay tres venenos primordiales: la pasión, la agresión y la ignorancia”: Pema Chodron.
Es duro tolerar la arrogancia vestida de ignorancia, donde resalta la apariencia, pero con vacío de experiencia, solo se quiere hacer ver el hacer, sin esencia legitimar el ser, y por ello muchos tienen una crisis de identidad y nunca tendrán productividad. Los psicólogos Dunning y Kruger realizaron experimentos en la Universidad de Cornell, en el ámbito de la gramática, razonamiento lógico y el humor. Ellos notaron que entre mayor era la incompetencia de la persona, menos consciente era de ella. Los psicólogos concluyeron que las personas en su incompetencia eran incapaces de detectar y reconocer su incompetencia, nunca reconocen la capacidad de otras personas. El efecto Dunning-Kruger usa como refrán “entre menos se sabe, más se cree saber”. Es típico de personas que con menos habilidades, capacidades y conocimientos opinan y hablan sobre todo lo que escuchan sin tener idea, pero pensando que saben mucho más que los demás. Lo sorprendente es que a medida que la persona incrementa su competencia, se vuelve más consciente de sus debilidades y se diluyen a medida se ven los resultados. Todos en la humanidad cometemos errores, de cálculo, conocimiento, previsión, como la emblemática Torre de Pisa, la cual comenzó a inclinarse aún antes de terminar la construcción. Los errores, si se logra aprender de ellos, son herramientas de aprendizaje. Es lamentable que exista el sesgo cognitivo, lo que contribuye a tomar malas decisiones, sobre todo cuando siempre se tienden a irritar y ofender. Es muy crítico verlo en las calles, en cualquier medio de comunicación se ve a las personas irritadas, es más viral el efecto Dunning- Kruger que el covid.
El rey Salomón lo expresó: “¡Sufrirán las consecuencias de sus malas decisiones y de su mala conducta! ¡Acabarán siendo destruidos por su necedad y por su poca atención! Proverbios 1:32 TLA.