El Evangelio nos recuerda: “No lleven bolsa ni alforja ni sandalias” (Lc 10,4). Es un llamado a no aferrarnos a lo que no nos conduce a Dios. A soltar personas, espacios.
Adicionalmente, emitió excitativa en el sentido de que “los países productores compartamos ciencia, tecnología y semilla resistente para enfrentar juntos los efectos del cambio climático”.
Lo sorprendente es que a medida que la persona incrementa su competencia, se vuelve más consciente de sus debilidades y se diluyen a medida se ven los resultados.