20/06/2025
07:23 PM

Educación en tiempos de oscuridad

El mayor acto revolucionario que una persona puede realizar es educarse.

Sergio Banegas

El mayor acto revolucionario que una persona puede realizar es educarse. La educación cambia la vida y es capaz de dar un golpe en el timón de las naciones que pretenden dar el salto hacia el progreso.


El factor común de las sociedades con alto nivel de desarrollo humano es que invierten cada vez menos en armas y cada vez más en educación; le apuestan a la investigación científica y en brindar oportunidades de formación académica. En nuestro país la institución referente y que es punta de lanza en la educación superior es la UTH, desde hace más de tres décadas se posicionó en el escenario académico y hoy marca tendencia en la revolución educativa.

Sus programas son diversos y están actualizados a las instancias que el mundo globalizado e interconectado demandan, es así que sus estudiantes son formados cual si fuesen mármol en un taller de escultura: con cincel en mano fina hasta modelar un profesional con pensamiento crítico y capacidad de liderazgo. Con un panorama global tan complejo: pandemias, cambio climático, amenazas de conflictos bélicos, inmigración descontrolada, pobreza extrema, violaciones a los derechos humanos, entre otros desafíos, los países deben prepararse –no con armas de destrucción masiva- sino con instrumentos de educación extensiva.

Sí, una educación que se extienda a todos los ámbitos del conocimiento y responda de manera contundente encendiendo la luz de la ciencia evaporando así las tinieblas de la ignorancia que tanto atraso nos supone. ¿Queremos un mejor país? ¿Anhelamos una sociedad con mayores oportunidades y un mundo con justicia social y con equidad?

Es tiempo de invertir mayores recursos en un sistema educativo moderno y que esté a la vanguardia de los grandes paradigmas contemporáneos. Si así lo hacemos, el desarrollo y la prosperidad nos tendrán sus puertas abiertas para entrar en un nuevo nivel de vida.