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11:49 AM

Diciembre y enero

  • 30 diciembre 2022 /

El mes de diciembre, el más “alegre” y de derroche de cualquier tipo de consumo de bebidas y comidas. Todo tipo de estreno, desde elegantes trajes hasta quien cambie casi todos los muebles de la casa.

Si este privilegiado doceavo mes fuera como los once restantes del año, tendríamos un mundo mejor para todos, pues el circulante de dinero se multiplica con el aguinaldo que reciben los empleados.

Pareciera que el hambre desapareciera, pues los ricos y los pobres se confunden con todo tipo de manjares, a tal grado que un gran porcentaje de personas suben de peso en esta última semana de diciembre,

Pues, según datos aproximados, en bebidas gaseosas y alcohólicas, incluyendo el tradicional rompopo, se calculan en millones de litros e igual en todo tipo de alimentos, en especial el acostumbrado tamal, piernas de cerdo, o enteros, pavos y pollos, sánguches, que los promedian en toneladas.

Desaparecen los guineos y las naranjas, cambiadas por las manzanas y las uvas.

Pero a esta corta temporada de alegría y abundancia le espera un grosero, largo y sobrio mes de enero que, aunque se reciba con besos, abrazos y deseos, al amanecer le recuerda a la mayoría de los 10,200,000 habitantes que hay que ir a trabajar y que la “blanca Navidad” ha terminado, además de que el primer salario, sea semanal, quincenal o mensual, es el que más tarda en llegar.

Y volver a la realidad, donde muchos empleados públicos se atreven a preguntar en qué fecha cae la Semana Santa, se revuelven los cobradores con tantas deudas que dejó la Navidad y vale que el Día de los Reyes Magos no se celebra, pues la mayoría de la gente se quedó sin incienso, mirra y peor plata en un país llamado Honduras.