La presidente Xiomara Castro ha tomado una decisión acertada al nombrar al científico Salvador Moncada, quien fue postulado al Premio Nobel de Medicina y se hizo acreedor al Premio Príncipe de Asturias, como embajador en la República Popular de China, Estado con el cual el gobierno recién ha abierto relaciones diplomáticas.
Salvador Moncada es un personaje altamente conocido en las esferas científicas mundiales a tal grado que hubo un momento en que sus trabajos eran de los más citados en los artículos e investigaciones de otros investigadores del mundo.
Moncada se formó como médico en la Universidad de El Salvador, país en el que vivía su familia como refugiados políticos, y de ese país fue expulsado con motivo de la guerra mal llamada del fútbol. En el país hermano fue objeto de persecución y maltrato y obligado a retornar a Honduras en donde le contrataron para dar clases en el departamento de Ciencias Fisiológicas de la facultad de Medicina de la Unah, en ese tiempo dirigido por el Dr. Francisco Alvarado. Cuando la Universidad intervino el departamento por el problema de la calaguala, el Dr. Alvarado fue destituido y el Dr. Moncada corrió la misma suerte; por esa razón buscó nuevos horizontes en Inglaterra, en donde se distinguió por sus investigaciones y descubrimientos. Según Diario El Mundo de España “el nombre quedaría ligado en la historia de la ciencia como el cerebro detrás del descubrimiento de por qué la aspirina calma el dolor, baja la inflamación y reduce la fiebre. Sin embargo, la patente de la prostaciclina -una molécula clave para explicar la función de la aspirina y cuyo descubrimiento fue imprescindible para entender el mecanismo de acción del ácido acetil salicílico- pertenece a Moncada y al químico que la sintetizó por primera vez. Y la idea que lo permitió fue sólo del investigador hondureño.”
El prestigio internacional de Moncada, no solo en el ámbito científico, sino también como un hombre ponderado, con ideas progresistas y con deseos de que Honduras se encamine por la vía de la independencia y el desarrollo es garantía de buen suceso. Él nos acompañó en un foro del grupo patria en el cual discutimos los caminos a seguir en el área de salud para enfrentar los grandes problemas sanitarios del país y coincidió, con quienes intervenimos desde aquí, en Tegucigalpa, que el camino del fortalecimiento de la salud es la atención primaria.
Los hondureños estamos seguros de que su amor por Honduras y su buen tino permitirán que esta nueva relación entre Honduras y China sea provechosa para nuestro pueblo, porque Moncada impulsará convenios para la realización de los más importantes proyectos de infraestructura necesarios para el avance del país en lo económico y en lo social, sin dejar de esperar de que también hará gestiones para lograr un mercado con mejores precios para los productos hondureños. Las perspectivas para Honduras son enormes y alentadoras.
Pero los esfuerzos no solo deben corresponder al embajador Salvador Moncada. Aquí, en el terruño, los diputados de la oposición deben entender que es esencial para el cumplimiento de las promesas electorales tan necesarias para el desarrollo del país y el avance en la superación de la pobreza, que su mandato no proviene de un partido sino del pueblo que les eligió. Ahora, sabemos que el gobierno tiene limitaciones pecuniarias porque los créditos que heredó consumen gran parte del PBI y que por tanto, para tener más medicinas, para mejorar las escuelas, para avanzar en el cumplimiento de los compromisos salariales y en la tarea de impulsar grandes obras necesarias para el progreso es preciso abrir las puertas a nuevos organismos de financiamiento que no nos pongan requisitos casi confiscatorios como los que nos imponen los actuales organismos de financiamiento con los cuales ahora tiene negocios Honduras. Ayer, los diputados hoy en oposición fueron muy solícitos al aprobar créditos internos y externos para JOH. Ahora es el momento en que dejen su sectarismo y brinden su apoyo al gobierno y al pueblo mediante la ratificación del acta de la sesión del Congreso en la que se aprobó el ingreso al CAF y la aprobación de la Ley de equidad tributaria, para que todo salga bien porque de esa manera ganamos todos.
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