Una fábula cuenta la reunión de un tigre y un león. La razón era la alarma que había cundido en la selva por la llegada de unos buscadores de animales para un zoológico. Sabían que tratarían de agarrarlos vivos. Habían llegado algunos otros animales que observaban la extraña reunión. El tigre, burlonamente se dirigió a los monitos cara blanca, les dijo que se preocuparan porque ellos no podían resistirse y serían atrapados. En cambio, de nosotros tienen que cuidarse esos hombres, porque somos feroces y no se meterán con nosotros. Entonces, habló un ratón, cuenten conmigo, si les puedo servir. El tigre y el león soltando la carcajada, al verlo tan pequeño e insignificante. ¿Te atreves a ofrecernos ayuda? ¡Nos ofendes con solo mencionarlo!
Pero se equivocaban. Los buscadores de animales para zoológicos no estaban interesados en los monos cara blanca, ni en el ratón, estaban interesados en el tigre y el león. Así que estos, al caminar confiados, cayeron en una red que los levantó, aprisionándolos. Fue entonces cuando apareció el ratón, y subiendo por el árbol, comenzó a roer rápidamente los hilos de la red. Finalmente los liberó. Se disculparon, y le agradecieron a su pequeño salvador.
Claro que no es más que una simple fábula. ¿Pero cree usted que refleja también el comportamiento humano? Permítame ilustrarlo. Laura es una maestra en una escuela con el grupo de último año. Era dedicada y se ufanaba de ello. Se sentía feliz del ritmo rápido con que aprendían sus alumnos. Pero había un chiquitín que la sacaba de quicio. La ponía de mal humor. Lo sufría y pensó en deshacerse de él. Para ello le pidió que llamara a sus padres para hablar con ellos. Bajando la vista, el niño, le dijo que ellos se estaban divorciando y no sabía qué pasaría con él. Eso lo explicaba todo. ¿Aprendió la maestra? Sí, y cambió, en lugar de deshacerse de ese alumno que le bajaba sus índices, decidió ayudarlo. Ese chaparrito aprobó el año, y su mamá asistió a la graduación. Laura la maestra se felicitó de lo que aprendió de él.
LO NEGATIVO: Menospreciar a los demás por su apariencia, pensando en lo que no pueden hacer.
LO POSITIVO: Aprender de la fábula del “León, el tigre y el ratón”. Y aplicar la lección en nuestra vida.
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