26/03/2024
12:01 AM

¡Cambios!

Alejandro Espinoza

“Lo más difícil en la vida es saber qué puente hay que cruzar y qué puente hay que quemar”, Bertrand Russell. Alrededor del año 2000, el polo dio un giro, dice Jianli Chen, un geofísico de la Universidad de Texas en Austin, la pérdida acelerada de hielo y el aumento del nivel del mar asociado representaron más del 90 por ciento del último cambio polar. Evidente el deshielo en todo el mundo, pero Groenlandia es la parte del león de la pérdida de masa, y esto causa que el polo cambie su naturaleza. Según los estudios en los últimos 30 años, el eje del planeta y la línea imaginaria alrededor de la cual gira el planeta en su movimiento sobre sí mismo ha experimentado un desplazamiento acelerado.

Las consecuencias son inevitables, severas sequías e inundaciones destructivas, el calor en aumento, la biodiversidad se afecta, ya que se pone en peligro de extinción por la pérdida del hábitat, el aumento del nivel del mar y la acidificación de los océanos, la seguridad alimentaria, en fin, principio de dolores. Los cambios son evidentes, vivimos tiempos incomparables: imagínese, el primer mensaje de texto se envió en el año 1992, hoy en día equivale el número de textos a más de 7,000 millones; la era de tecnología, la diversificación cultural, la movilización o migración, la transformación política y religiosa. Nada en la tierra es permanente, los cambios son continuos, los intereses cambian, las personas, el cuerpo puede cambiar, las relaciones.

Un agente de cambio no se arrepiente de su responsabilidad que tiene para su generación, ya sea que el cambio le suceda a él o a través de él, sin confundir el hecho de que solo hay uno que es el autor del cambio. La garantía en medio de un sistema que todo cambia es el Dios que nunca cambia “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos”, Hebreos 13:8 RVR1960.