Por Takashi Hamabata
Honduras es un país que no solo cuenta con un café delicioso, sino que también sabe cómo aprovechar al máximo su rico suelo para producirlo. Al otro lado del mundo, bañado por las aguas del océano Pacífico se encuentra el lejano Japón, una nación donde, sin importar los más de 12,000 kilómetros que separan a ambos países, habitan muchos aficionados al café hondureño que no solo se limitan a consumir esta bebida, sino que también participan activamente en mejorar la calidad de este.
Un ejemplo de ello se pudo apreciar el pasado mes de noviembre, donde el gobierno del Japón anunció la realización de un proyecto en cooperación con el Programa Mundial de Alimentos (PMA), el cual se enfocará en mejorar las condiciones de infraestructura del sector alimentario que permita producir alimentos resilientes ante los desastres naturales. Esta conexión no se limita únicamente a la asistencia técnica por parte del gobierno, ya que incluso existen catadores de café japoneses que participan anualmente en la competencia denominada “Taza de Excelencia” en calidad de jueces; adicionalmente, existen diversos voluntarios de JICA que se encuentran trabajando en el sector cafetero en las diversas partes del territorio hondureño.
Como japonés, considero que el café de Honduras tiene un potencial mayor de exportación hacia Japón. En la actualidad, el séptimo lugar de los destinos al cual Honduras exporta su café lo ocupa Japón, mientras que para Japón, Honduras ocupa el octavo lugar en cuanto a importación de café concierne (aproximadamente 11,000 toneladas durante el año 2023); si bien, Honduras es el principal productor de café a nivel centroamericano, en principio, Japón importa la mayor cantidad de café del país centroamericano vecino, Guatemala (aproximadamente 21,000 toneladas). Asimismo, pienso que el incremento en las exportaciones del café hondureño hacia Japón traería consigo grandes beneficios para la nación catracha, ya que el principal mercado del café hondureño en la actualidad (excluyendo a Estados Unidos y Canadá), son algunos países de la Unión Europea (UE), cuyas regulaciones están cambiando rápidamente, y que traerán en el corto plazo, la exigencia del cumplimiento de medidas más rigurosas a los productores de café, si estos quieren mantener la importación en el mercado europeo; medidas que, si bien, son necesarias para alcanzar la sostenibilidad, la adopción de las mismas por parte de los caficultores hondureños podría resultar un proceso paulatino que no se producirá de manera inmediata. Por lo que el mercado japonés resulta altamente tentativo como una alternativa al de la UE, mismo que representa la mitad de las exportaciones del café de Honduras.
En este año 2025, Honduras y Japón celebrarán su 90 aniversario desde el establecimiento de sus relaciones diplomáticas, por lo que en ambas naciones se llevarán a cabo eventos relacionados a la materia. Cabe resaltar que en Japón a partir del mes de abril se llevará a cabo la exposición internacional Osaka- Kansai, en la cual Honduras también formará parte de la misma. Este tipo de eventos son una excelente oportunidad para dar una mayor visibilidad al café de Honduras en Japón. Lamentablemente, es un hecho que cada vez que en Honduras se presentan desastres naturales como la reciente tormenta tropical Sara, el sector cafetero sufre pérdidas severas; por lo que antes de finalizar, me gustaría enfatizar en dos cosas que espero puedan recordar para siempre: 1) que el lejano pueblo nipón se compadece de ustedes hermanos catrachos cada vez que los azota un desastre natural, y 2) que el pueblo japonés espera siempre con ansias su delicioso café, mismo que nos sirve de puente entre ambas naciones.