The New York Times
Por: James Wagner/The New York Times
CIUDAD DE MÉXICO — Los efectos de la ofensiva migratoria del Presidente Trump se pueden ver en los albergues fronterizos mexicanos desiertos y en el desplome en el número de cruces ilegales.
Pero para vislumbrar la alarma que sacude a las comunidades inmigrantes latinoamericanas en EU, dicen migrantes, defensores de derechos humanos y expertos, sigue al dinero.
“Hay miedo”, dijo Julio Fuentes, un migrante indocumentado guatemalteco de 35 años que trabaja como plomero en California. “Porque si te pescan, no puedes hacer nada. Y te envían a casa sin nada”.
En los últimos meses, la cantidad de dinero enviada por los migrantes a sus países de origen en Latinoamérica ha aumentado en miles de millones de dólares, de acuerdo con instituciones financieras de la región.
La razón, afirman funcionarios, migrantes y analistas, es que las personas que temen ser deportadas intentan sacar la mayor cantidad de dinero posible del País mientras pueden hacerlo.
Las remesas son un sustento para muchos países y familias, particularmente en Centroamérica y el Caribe. Allí, estos fondos pueden representar una parte importante de la economía de un país.
Los ahorros
Los migrantes están “enviando sus ahorros en remesas para estar preparados por si en algún momento son deportados y pueden tener ese dinero aquí en Guatemala” dijo Álvaro González Ricci, presidente del banco central del País.
En cuatro de los países más poblados y pobres de Centroamérica —Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador— las remesas en lo que va del año han aumentado aproximadamente 20 por ciento respecto al mismo periodo del año pasado, muestran cifras de los bancos centrales y el Consejo Monetario Centroamericano.
Los republicanos en el Congreso de EU han puesto en la mira los envíos de dinero mediante un nuevo impuesto del 1 por ciento a las remesas que dicen desincentivará la inmigración ilegal. La ley entrará en vigor el próximo año.
El aumento en las remesas por ahora brinda un impulso a las economías regionales. Sin embargo, algunos expertos tienen dudas. Las remesas podrían alimentar la inflación. Y el flujo de dinero podría estancarse, reducirse o interrumpirse si las circunstancias cambian.
“A mediano y largo plazo, es preocupante”, dijo Hugo Noé Pino, vicepresidente del Congreso hondureño.
Después de que Trump asumió el cargo, dijo Fuentes, envió gran parte de sus ahorros a su cuenta bancaria en Guatemala.
Solía enviar 2 mil 500 dólares al mes a Guatemala para ayudar a mantener a su madre, a su hija de 6 años y la construcción de su casa al sur de la capital. Dijo que ha aumentado eso a unos 3 mil 500 dólares.
Fuentes no planea quedarse en EU para siempre. Pero dijo que quiere terminar su casa en Guatemala.
“Cuando alcance mi meta, me autodeportaré”, dijo. “Si no me pescan antes”.
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