The New York Times
Por: Thomas Gibbons-Neff/The New York Times
MARIEHAMN, Islas Åland — Durante generaciones, las Islas Åland, una extensión autónoma de caletas rocosas en medio del mar Báltico, fueron hogar de cazadores y de una cultura de armas arraigada en las tradiciones de las zonas rurales nórdicas. Los isleños cazaban focas y pequeños animales como mapaches con rifles de cerrojo de madera, heredados en familia.
Los canales de YouTube y los foros en internet dominados por estadounidenses inspiraron a Elias Andersson, un residente de la isla, de 28 años, a llevar esa historia al siglo 21. Tras obtener permiso del Gobierno finlandés, que controla las islas, diseñó y fabricó un rifle impreso en 3D, el Printax 001.
Pasó años construyendo y perfeccionando su extraña arma, que parece una mezcla entre un AR-15 y un blaster láser de una película de ciencia ficción.
Armas impresas
La existencia de esta arma en una remota cadena de unas 6 mil 500 islas y 30 mil habitantes es evidencia de la expansión de las armas de fuego impresas en 3D. Antes un pasatiempo de nicho, estas armas han sido popularizadas por los entusiastas estadounidenses como una opción atractiva, sobre todo en lugares donde es difícil conseguirlas. Armas impresas en 3D han llegado a manos de rebeldes en Myanmar y de criminales en Europa y Sudamérica.
Andersson —familiarizado con armas desde chico— construyó la Printax porque “en las islas Åland no hay armas que encuentre interesantes”, afirmó.
Miembros de la unidad de defensa territorial extraoficial de las islas, el 13avo Regimiento de Reconocimiento de Åland, entrenan con rifles de perdigones. Su unidad oficial de guardacostas hace patrullajes con pistolas y poco más, observando recelosamente a los buques con bandera rusa desde lejos, dijo un miembro de la guardia. Y Finlandia, que comparte una frontera de mil 335 kilómetros con Rusia y luchó contra la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial, ve a Rusia como una creciente amenaza.
Andersson habló sobre introducir el Printax y otros conceptos de impresión 3D para drones al Ejército ucraniano durante un viaje al País hace dos años. Aunque los oficiales militares expresaron cierto interés, es poco probable que el arma tenga futuro pronto con los ucranianos, que necesitan drones, no armas pequeñas, para repeler el prolongado ataque ruso. Pero Andersson quiere seguir ayudando a Kiev con sus habilidades de impresión 3D.
Con los componentes adecuados, el Printax podría costar alrededor de 200 dólares, cientos menos que otros modelos tipo AR-15. Sin embargo, el arma tiene algunas desventajas. Carece de una característica clave que indica que el arma se ha quedado sin munición cuando el cerrojo se bloquea hacia atrás. Además, el arma tiene una recámara para municiones de 9 milímetros, común en pistolas, convirtiendo al Printax en lo que se conoce como una carabina de calibre de pistola.
El diseño es suyo, dijo Andersson, aunque tomó algunas medidas de Hoffman Tactical, una empresa estadounidense de armas 3D.
Andersson afirmó no tener previsto difundir planos para ensamblarlo, lo que sería ilegal bajo las leyes finlandesas y europeas. “La triste realidad es que hay idiotas en todas partes”, afirmó.
El objetivo de Andersson es fabricar el arma perfecta. “Pero no creo que alguien sepa qué es la perfección”, dijo.
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